viernes, 19 de febrero de 2010

los autores de papá



Leo en el periódico que el gobierno revisará la sentencia a muerte dictada contra el poeta Miguel Hernández y pienso en papá. Hay autores a los que uno le tiene cariño por las personas que le evocan. Mi padre, que el 31 de diciembre, valiente e idealista, se atreve a desafiar la piedra fría de Salamanca para acudir a un homenaje al Maestro Unamuno, es el mismo al que se le escapan versos de Machado cuando la nostalgia le inunda, o le da por evocar a Lorca las noches de luna llena. Puedo recitar a dúo la canción del pirata (pero yo la dejaré a medias y el la dirá de carrerilla), escucharle embelesada como una doña Inés cualquiera sus palabras de don Juan enamorado o verle copiar con su letra elegante citas cervantinas que encuentra colgadas de los muros de las ciudades viejas. No me sorprende, le he visto hacerlo siempre.

Aunque de nada sirvió repetirlo tanto.
Desperté de ser niño.
(Nunca despiertes)

martes, 9 de febrero de 2010

vacaciones

Quizá el viaje debió ser de otra forma. Durmiendo y no escuchando a los Beatles a cada rato, cada momento en que el teléfono tiembla. Sueño con otra tormenta de nieve, en otras coordenadas, en otro lugar. Sueño con una autopista hecha por unas manos conocidas que se perdieron en el tiempo y el desamor y no, no huele a galletas Aguilar de Campoo.

A mi llegada los huesos crujen como el suelo de esta residencia. Veo el mar desde mi ventana, y verde, y roca. El teléfono no para de sonar recordándome que no, que esto no son vacaciones, a pesar del mar, el verde y la roca. Miro el reloj constantemente y siempre acucia, que hago aquí si ya tengo que estar abajo y el mar tan cerca, tan calmo.

Pero no, no hay calma. Me reclaman.
Salgo corriendo.



Cuento a la vista

Cuento a la vista
La parte niña del vestido a rayas