tag:blogger.com,1999:blog-58250743932857906422024-03-06T00:29:00.123+01:00Marcella y su vestido a rayasMaría a rayashttp://www.blogger.com/profile/12194236692960034321noreply@blogger.comBlogger252125tag:blogger.com,1999:blog-5825074393285790642.post-19486029127844929082014-01-24T12:50:00.002+01:002014-01-24T14:55:47.563+01:00Incoloro<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPSwgPtdor6Tk7Zvdt4gOUe7FWn86595mItF9XkVum-n7w4XrO0enHIMJGY5jwe-xxlwmS5qnII5g9kvgfk3hT_CUR6RfRb6Z-ScZqMSQgKNUtUCON7fwcoispGbxPrLXG7B2hN1vSu-u2/s1600/desde+la+ventana.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPSwgPtdor6Tk7Zvdt4gOUe7FWn86595mItF9XkVum-n7w4XrO0enHIMJGY5jwe-xxlwmS5qnII5g9kvgfk3hT_CUR6RfRb6Z-ScZqMSQgKNUtUCON7fwcoispGbxPrLXG7B2hN1vSu-u2/s1600/desde+la+ventana.jpg" height="400" width="277" /></a></div>
La luz de la habitación es naranja y fuera la calle es blanca. Arrastro los pies para no caer mientras siento el frío polar como si fuera algo más cálido y doloroso: el golpetazo del agua cuando aprendíamos a tirarnos de cabeza y acababamos cayendo en plancha. Respiro bajo la bufanda y mis gafas se empañan y entonces no veo nada, encogida como voy y rodeada de hielo. Me da miedo.<br />
<br />
La luz de la habitación es naranja y las incertidumbres no tienen ningún color pero flotan por la habitación cuando me quito las catorce capas de piel textil que protegen mi piel celular. Sirve vino a mi copa o brindemos con champán porque es un día cualquiera y nuestra vida es maravillosamente desastrosa. Sirve vino a mi copa y brindemos bajo la luz naranja de una lámpara de papel comprada por cuatro duros. <br />
<br />
Luego en la cama leeré en alto y Berlín será un personaje más en la novela. Y no me cansaré de pronunciar cada palabra, de repetir aquellos párrafos que más me gustaron, de sentir tu cabeza apoyada contra mi pecho. No sé si duermes pero sigo leyendo.<br />
<br />
La luz naranja de la habitación se apagará hasta mañana y fuera, la calle, guardará el blanco.<br />
Y las incertidumbres incoloras, pero no indoloras, seguirán flotando entre nosotros. </div>
María a rayashttp://www.blogger.com/profile/12194236692960034321noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5825074393285790642.post-50347787630612824682014-01-04T09:04:00.002+01:002014-01-04T09:04:46.866+01:00Resaca<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<iframe align="top" allowfullscreen="" frameborder="0" height="115" hspace="0" marginheight="0" scrolling="no" src="http://www.goear.com/embed/sound/64176ba" vspace="0" width="580"></iframe><br />
<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<br />
La ciudad está llena de abetos abandonados. Fueron los protagonistas de la fiesta apenas un segundo. Su gloria de espumillón y luces de colores duró apenas un minuto y ahora se pudren en las calles de esta ciudad mojada. El Amor se queda mirando con pena aquellos que fueron y se han desvanecido, los señala con el dedo, les llama por su nombre y luego continúa pedaleando.<br />
<br />
La ciudad está llena de botellas rotas, fragmentos hirientes de vidrio verde de mal champán que ahora parecen trampas mortales para ciclistas valientes. La algarabía humana es en cierto modo así. Alegre, ostentosa y asquerosamente sucia. Todo está repleto de basura. Son los restos de una fiesta en la que ningún vecino se quejó porque todos estaban invitados. <br />
<br />
La ciudad se llenó de niebla cuando llegó la medianoche y al fondo la torre de la televisión fue un fantasma primero y luego, simplemente desapareció. El cielo era una fiesta y los cohetes, como antaño los ábetos abandonados, brillaban en su momento de gloria, justo antes de desaparecer. Allí, aturdida por el estruendo, sobrecogida por la luz, el futuro parecía una carcajada salvaje. Tócalo. Es tuyo. Disfrútalo. Es un jolgorio. Emborráchate y sé feliz.<br />
<br />
Pero el presente que quedó pasada la primera noche tenía forma de pegotes de cartón adheridos a la acera. De bicicletas pinchadas abandonadas en las esquinas. De tristes árboles de Navidad desnudos y vomitonas entre los coches.<br />
<br />
Y aquel futuro que brillaba en forma de fuegos artíficiales acabó convertido en ceniza como estos.<br />
Flotando en el cielo sin rumbo fijo. <br />
<br />
<br /></div>
</div>
María a rayashttp://www.blogger.com/profile/12194236692960034321noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5825074393285790642.post-51108213743392211602013-11-11T16:56:00.000+01:002013-11-11T16:57:19.005+01:00sorprender(nos)<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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</div>
<br />
<br />
<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLDkLOdXjUJFDMYe6-ihRyu5q1yZP8W5B1NH2-2mRTz5zU4UanOuBCMDz0Y1FY3unThJvC5HQMb3sqfPDcAn4kKQ2cTrPBAmM4kuP-K8n4_BnThnZ9SUOICLWof3kqMos1vvAt1Exo6vXt/s1600/IMG-20131013-WA0002+(2).jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLDkLOdXjUJFDMYe6-ihRyu5q1yZP8W5B1NH2-2mRTz5zU4UanOuBCMDz0Y1FY3unThJvC5HQMb3sqfPDcAn4kKQ2cTrPBAmM4kuP-K8n4_BnThnZ9SUOICLWof3kqMos1vvAt1Exo6vXt/s640/IMG-20131013-WA0002+(2).jpg" width="640" /></a></div>
<br />
Qué cosas. Hoy dormimos de más y el cuerpo se levantó con cuarenta kilos de sobrepeso. Despacio. Ahuyentamos vampiros en esta ciudad fría a golpe de ajo y nos vamos a la compra. Caminamos lento. Compramos despacio, mirando cada ingrediente, cada origen, cada precio. Comes rápido. Te vas. Yo me quedo pensando cómo se hizo un agujero en la tapa de plástico del ordenador desde el que escribo y dejo abandonada mi bicicleta en medio de la calle. Nunca fuimos mecánicos de bici.<br />
<br />
A mi lado una mujer llora. Es angustioso escuchar su llanto y al mismo tiempo terriblemente incómodo. Quiero que se calle, quiero que se vaya. Quiero desaparecer. Por suerte la que desaparece es ella, arrastrando su rostro de muchas batallas, arrastrando su pena. La biblioteca queda de nuevo en silencio. Miro el reloj. Hoy es lunes cuando antes fue viernes y afuera la
noche ya es noche y solo son las cuatro y media. <br />
<br />
En una hora vendrás a recogerme. Buscaremos trabajos falsos, hablaremos de trabajos verdaderos y al llegar a casa pondremos la radio. Alguien nos hablará y no le entenderemos pero le dejaremos ahí con su devenir. Y pasará una hora, la radio se apagará y tú dirás: una hora. Luego sonarán las campanas intempestivas, me arremolinaré en el sofá, me darás un beso. Quizá me quede dormida.<br />
<br />
Y cuando me haya despertado, pensaré que han pasado dos años y que vivimos en Berlín y que yo tengo el pelo
corto otra vez.<br />
<br />
Qué cosas. La vida nunca deja de sorprendernos.<br />
<br /></div>
María a rayashttp://www.blogger.com/profile/12194236692960034321noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5825074393285790642.post-51242024299625972582012-12-31T13:38:00.000+01:002012-12-31T13:46:09.545+01:00Dosmiltrece<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<object height="132" width="353"><embed src="http://www.goear.com/files/external.swf?file=9ec030b" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" quality="high" width="353" height="132"></embed></object>
<br />
<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<br />
Al echar la calabaza al fuego para la cena de esta noche el aceite ha salpicado y me he quemado la muñeca. La piel chamuscada va arrugándose poco a poco mientras en la radio habla un hombre sin derechos en un estado de derecho. Saldrás esta noche a celebrar el año nuevo, pregunta la locutora y él, voz negra y nombre de personaje de cuento, contesta tímidamente que no, que no puede arriesgarse a que le pille la policía. Echo agua a mi muñeca y el frío, durante un instante alivia el dolor. Pero al cerrar el grifo sigue ahí, como la indignación que no cesa.<br />
<br />
Este dosmildoce se me pega a la piel y se arruga como si fuera una quemadura. Y el futuro, ese trece en el que algunos afirman como si fuéramos idiotas que saldremos, se plantea tan nebuloso como hoy la ciudad desde el autobús de la EMT. Tu mejor viaje, tu mejor fiesta, tu mejor momento. Miraremos hacia atrás y ahí estará: la niebla.<br />
<br />
Y en el interior, en lo más dentro, en eso personal e individual que solo vivo yo y yo y yo con quien se preste hay un sol culpable. Hace tiempo que nos volvimos radicales en los extremos y descubrimos que las cosas nunca son grises, que son blancas y negras al mismo tiempo. Este dosmildoce en que me envolvió la felicidad y la indignación. En el que todo se volvió perfecto mientras caminaba irremediablente hacia la más puta de las mierdas.<br />
<br />
Es posible desear que todo permanezca y cambie al mismo tiempo.<br />
Es posible.<br />
Y eso será dosmiltrece.<br />
<br /></div>
</div>
María a rayashttp://www.blogger.com/profile/12194236692960034321noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5825074393285790642.post-21377511181942574462012-09-18T18:25:00.000+02:002012-09-18T18:25:02.249+02:00La aguja sobre el disco<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<object height="132" width="353"><embed src="http://www.goear.com/files/external.swf?file=308bcaa" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" quality="high" width="353" height="132"></embed></object><br />
<br />
<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
Ponte un disco. Y el vinilo gira mientras con miedo acerco la aguja a su superficie. Es tan frágil, es tan fácil. Pasar el límite y que la propia aguja que crea (música), destruya (música). Pero no pasa nada. Solo el sonido que nos inunda mientras bebemos una cerveza, mientras nos miramos a los ojos sin decir nada, mientras nos besamos sin descanso.<br />
<br />
¿Le das la vuelta? Y otra vez el sagrado ritual. Pararlo, sacarlo y de nuevo esa aguja que quiere acariciar los surcos del vinilo. Esa aguja que crea y destruye. Y la música otra vez y beber cerveza y mirarse a los ojos y acabar con un gemido la retahila de besos. <br />
<br />
Pasa la tarde y no hacemos otra cosa. Darnos al placer de la risa. Bebernos las horas. Tan juntos que nuestros rostros se deforman. Tan lejos que necesitamos buscarnos con las manos. Y el mundo fuera no se detiene pero dentro se ha quedado dormitando entre las sabanas arremolinadas a nuestros pies.<br />
<br />
Algo así debe ser la felicidad. Un ronroneo de gata melosa. Una lágrima que se escapa sin permiso. Un abrazo en silencio. Y que no importe el tiempo. Solo el dibujo de tus lunares en la espalda. Algo así.<br />
<br />
Pero en el tocadiscos la aguja sigue girando y sin mirarme en ningún espejo sé que he vuelto a hacerlo. Que me he desnudado del todo. Como el disco que gira bajo la aguja. Lo busqué en la estantería. Me dejé llevar por su portada. Me atreví a retirarlo de su funda y ahí está. Dispuesto. Expuesto. Como yo. Bajo la aguja que puede sacar la mejor de mis melodías o rayarme para siempre. En el límite entre la belleza y la destrucción. <br />
<br />
Buscando el equilibrio. <br />
<br />
<br /></div>
</div>
María a rayashttp://www.blogger.com/profile/12194236692960034321noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5825074393285790642.post-7147196935877107842012-08-23T14:49:00.000+02:002012-08-23T14:58:53.650+02:00La casa ya no es un hogar<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<object height="132" width="353"><embed src="http://www.goear.com/files/external.swf?file=f84351d" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" quality="high" width="353" height="132"></embed></object>
<br />
<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<br />
La casa ya no es un hogar. Es un lugar frío en este Madrid ardiente. <br />
La casa ya no es un hogar. Es un lugar vacío-cerrado, que no vacío-abierto.<br />
<br />
Era vacía-abierta cuando llegamos a ella. No había nada y las paredes blancas nos invitaban a pintar. Y eso hicimos. Pintamos un montón de preguntas y un montón de sonrisas y un montón de lágrimas también. Ya sabes lo llorona que soy a veces. Era vacío-abierto a la nueva vida, a ese Madrid desconocido y propio, a esos domingos de calma en Chueca Town. Luego además vinieron viernes en el balcón y sábados de jarana. Abierto a madrugones y madrugadas.<br />
<br />
La casa que era un hogar acogía a quien gritara nuestro nombre desde la calle, a quien oyera las teclas gastadas de la máquina de escribir desamores, a quien se fumara los cigarros y las noches frente a un ordenador lleno de proyectos. A quien subiera a tocarse una rola. La casa que era un hogar lo era un poco de todos los que pasaron frío en aquel salón repleto de sofás. Aquellos que compartieron esquinas de la cama, vasos de vino, fiestas de disfraces, domingos de limpieza.<br />
<br />
La casa que era un hogar, hoy es vacía-cerrada. Llena de agujeros que como cicatrices marcan donde colgamos nuestros pensamientos, donde aferramos nuestros recuerdos, donde clavamos nuestros amores. Agujeros de los que ya no cuelga nada. Todo nos lo llevamos amontonados en cajas de cartón, tatuado en nuestra piel. <br />
<br />
La casa que ya no es un hogar sigue impasible en el mismo punto de la calle San Marcos. Ve pasar parejas de hombres tatuados desde su balcón. Ve pasar travestis en dirección al Día. Ve pasar modernos desfasados en busca de un after para tomarse la penúltima. Ve pasar artistas, ejecutivos, padres de familia, abuelas con bastón, turistas despistados, motoristas, perros. Alguna vez también niños.<br />
<br />
El hogar que ya no está en esa casa viaja en furgoneta. Va rumbo al sur sin perder el norte.<br />
El hogar que ya no está en esa casa viaja también en bicicleta. Y en carricoche.<br />
Se expande, como el universo.<br />
Se transforma, como la energía.<br />
<br />
Y lo abarca todo.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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</div>
</div>
María a rayashttp://www.blogger.com/profile/12194236692960034321noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5825074393285790642.post-50941186645807468262012-06-26T13:18:00.000+02:002012-06-26T13:25:10.969+02:00Canción triste en Si menor<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
Lo sé. Ya lo sé.<br />
Pero no lo digas.<br />
Déjalo estar un segundo.<br />
<br />
Porque si cierro los ojos, si te cojo de la mano, tirados en este parque de mentira, tal vez pensemos que no es verdad, que no nos atraparon los duendes de la hoguera de San Juan. Si te callas, si me callo, si solo estamos en silencio el uno junto al otro, el mundo no existe y todo es perfecto y todo es posible. Y fuera no hay una guerra declarada, ni bancos basuras, ni mierda horadando el espacio que nuestros corazones dejaron para el amor.<br />
<br />
Si me abrazas. Si me abrazas cierro los ojos y siento tu olor y mis dedos recorren tu espalda y sienten una a una las estrellas que se te pegaron a la piel alguna noche de otro verano. Tu olor, tu piel y mis ojos cerrados. ¿Hay algo más real que las cigarras que cantan exiliadas en ese bosque de ciudad, bosque de cemento y arena? Y sin embargo no es más que una sensación, no es más que una ilusión. Tú ya no existes y yo ya no soy nada. El brillo de una estrella que hace años luz que se ha apagado.<br />
<br />
Si no hablamos. Si no pensamos. Si dejamos que sean nuestros cuerpos los
que vivan nuestras vidas. Si nos arrancamos la cabeza. Si nos quedamos
sin recuerdos. Si nos quedamos a este lado de la realidad. Si solo nos
besamos. Una y otra vez. Sin parar. Si no existe nada más que este
pedazo de césped seco en el que hemos detenido el tiempo. Si eso ocurre,
entonces qué. Qué más da el resto.<br />
<br />
Pero no digas nada. Así, piel sobre piel dejemos que llegue la noche, que pase el verano, que se nos vaya la vida. No te separes. No te marches. No abras los ojos bajo ningún concepto. Si lo haces tal vez todo haya desaparecido. Creámonos esta mentira. Sigue acariciando con suavidad mis dedos como si esa mano que me coge pudiera aún recoger todos estos pedazos y unirlos con la paciencia de un artesano. <br />
<br />
Lo sé. Ya lo sé.<br />
Pero no lo digas. <br />
Déjalo estar un segundo. Uno más. </div>María a rayashttp://www.blogger.com/profile/12194236692960034321noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-5825074393285790642.post-60523307081394442452012-06-19T13:00:00.000+02:002012-06-19T17:28:37.256+02:00Por ejemplo, un beso<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<object height="132" width="353"><embed src="http://www.goear.com/files/external.swf?file=d10df16" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" quality="high" width="353" height="132"></embed></object>
<br />
<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: right;">
</div>
Déjame que ponga orden las ideas. Una mañana con lluvia, en otro tiempo, en otra ciudad, me sumergí en una piscina cuyo agua borró mis lágrimas. Nadie me esperaba en casa cuando llegué mojada y con la bicicleta llena de barro. Pero había un abrazo esperándome en algún lado. Solo tenía que encontrarlo.<br />
<br />
No siempre fui una bruja pero fui poco a poco construyendo mi castillo. Como ella, esa bruja vestida de negro de los cuentos infantiles, también nosotros nos escondimos en los muros de nuestra fortaleza. Nos volvimos infranqueables, dispersos, diversos, difíciles. Como aquellas brujas olvidadas se volvieron malas en los cuentos, así nosotros nos volvimos huraños, concentrados en el yo, en el me, en el mío.<br />
<br />
Pero en la pared que construimos para separarnos del mundo ajeno había una puerta. Tal y como imáginamos aquella otra mañana de lluvia. Y la puerta se abrió y allá, a lo lejos, vimos otro castillo. Otra puerta entreabierta. ¿Era lo esperado? Era otra cosa pero nos dio igual. Porque era para nosotros.<br />
<br />
Y así ocurrió. Sin muros que delimitaran nuestro dominio solo quedó compartir, desnudar y dejar de ser una bruja retirada del mundo.<br />
<br />
Pero nos movemos en pompas de jabón. Detrás de los muros algo frágil. Detrás de los muros un cristal que se resquebraja. También algo suave. Algo dulce como por ejemplo un beso. Algo intenso. Algo feroz como por ejemplo un beso. Algo como tú. Y una delicadeza de funambulista. <br />
<br />
Pero a veces se nos olvida. Que alrededor mucho más. Que no solo tú, te, tuyo. Que no solo lo que fue o lo que fuiste. Que hay algo nuevo que no se parece a nada.<br />
<br />
Algo bello. Algo desconcertante. Algo maravilloso y terrible.<br />
Como por ejemplo un beso.<br />
Tu beso. <br />
<br />
<br /></div>
</div>María a rayashttp://www.blogger.com/profile/12194236692960034321noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5825074393285790642.post-49242978385565096922012-06-07T16:12:00.001+02:002012-06-07T16:12:43.809+02:00A veces<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
Y no te pasa a veces que una fuerza extraña te oprime el tórax, justo ahí, sí, señalas bien, debajo del pecho y no te deja respirar y te agota. Y esa fuerza a veces se te sube a los ojos y tienes ganas de llorar desconsoladamente como si el mundo se hubiera descalabrado por un precipicio y tú fueras detrás, cayendo también.<br />
<br />
Y no te pasa a veces que eso te ocurre con las manos llenas de espuma en la cocina, o esperando un autobús en plena Gran Vía, o recorriendo un desierto, o luchando contra dragones, o esperando la sonrisa que te hace sonreír. Y te pilla así, con las defensas dormidas, sin haber preparado las trincheras desde las que disparar contra esa tristeza.<br />
<br />
Y no te pasa a veces que cuando eso ocurre lo bello te pone triste, la dulzura araña como una gata en celo, el sol te hace daño a los ojos y duele mirar las estrellas que deslumbran en el cielo oscuro de una noche de verano. Y ese dolor impreciso se extiende por el resto del cuerpo, debilita tus dedos, afloja tus rodillas, hace girar tu cabeza. <br />
<br />
Y entonces, qué. Dejas que las lágrimas te recorran, te remueves por dentro, sales corriendo y te arrancas las entrañas y te dejas caer como si pudieras escapar del cuerpo. Como si pudieses abandonar tu mente, como si te sacaras de dentro esa angustia que te oprime como un corsé.<br />
<br />
Y luego, simplemente, sigues fregando, te subes al autobús, llegas al oasis, matas dragones y besas a la sonrisa que te hace sonreir. Y todo pasa. Sin más. </div>María a rayashttp://www.blogger.com/profile/12194236692960034321noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5825074393285790642.post-17790733122395190362012-05-19T13:08:00.001+02:002012-05-19T13:25:59.387+02:00Hundirse<object width="353" height="132"><embed src="http://www.goear.com/files/external.swf?file=c44b0d5" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" quality="high" width="353" height="132"></embed></object>
<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
Nos hundimos. Como Venecia, como los barcos españoles que cruzaron los mares del Caribe y nunca llegaron a su destino. Se hunden los bancos, los países de alfabetos diversos, los proyectos y la ciencia. Nos hundimos nosotros, tú y yo, anegados de palabras que no nos llevan a ningún lado, rascando el futuro, saboteando el presente como si acaso no fuera lo único que nos queda.<br />
<br />
El presente. Se hunde y sale a flote en Sol, entre ruidos de metales, cazuelas desorientadas a años luz de sus cocinas, con voces desgarradas, con una barrera de madera mirando al otro lado del cristal de sus cascos de cocos malos. Nuestro presente, el tuyo y el mío, sale a flote en una azotea, con un Madrid que nos mira de lado a lado. Con un beso y otro y otro. Con una fuerza imantada entre tu cuerpo y el mío. Luego algo rompe el hechizo (la mañana, la rutina, el qué se yo) y entonces la fuerza que nos arrastra de una manera irracional se transforma en lágrimas, en una ansiedad que me deja vacío el estómago.<br />
<br />
Miro como nos hundimos y solo tengo ganas de correr y gritar. De arrancarme la vida a pedazos, en cada poro de la piel donde duele y solo dejarme la risa pintada en la cara, la risa en el pelo, la risa entre los dedos de mis pies. Solo la risa y arrancarme las entrañas revueltas donde las mariposas amenazan con hundirse también.<br />
<br />
Hundirse. Irse a la mierda. Como este país. Como los veinte años. Como las historias bonitas. Como las feas también.<br />
<br />
O salir a flote. Escapar hacia adelante. Agarrarse a cualquier trozo de nuestra barca y romper con el maleficio. Evitar el hundimiento. Dejarse llevar por las olas a una isla desierta. Solos tú y yo. Y ser felices. </div>María a rayashttp://www.blogger.com/profile/12194236692960034321noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5825074393285790642.post-32697111081302835372012-04-28T14:41:00.000+02:002012-04-28T14:41:13.682+02:00Cortarse el pelo<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
Llevo meses pensando en cortarme el pelo. Mucho antes de saberlo ya amenazaba temporal en estos tiempos de derrota. Un cambio en los rizos deshechos, como un acto de rebeldía absurdo, como tirarle una patata frita llena de ketchup a la estatua silenciosa de Adam Smith. Desde Edimburgo, fantasmas, frío y piedras, luchando a golpe de fish and chips contra el liberalismo.<br />
<br />
Nunca llegué a cortarme el pelo aunque lo pensé una y otra vez. No lo sabía pero necesitaba un cambio, aunque desistí en mi empeño. Cortarme los rizos era como reconocer que me había contagiado de la tristeza, del desánimo, del desasosiego de este país irreal. Y no era cierto. A pesar de los informativos, de las conversaciones robadas, del dolor y la añoranza, la ciudad parecía seguir brillando a mis pies. Estábamos por encima, a muchos años luz de toda esta amargura. Paseando como si acabáramos de reinventar Malasaña. Bajando las cuestas con mi melena al viento, clareada en las puntas por un sol de ensueño al otro lado del Atlántico.<br />
<br />
Y sin embargo, mucho antes de saberlo, esta ciudad y este país ya se me
habían pegado al paladar con un sabor amargo. Dato tras dato, noticia a
noticia, me dolían los huesos, me estallaba la cabeza, se me encogía la
piel y no paraba de pensar en cómo echaba de menos una mano en mi mano. Aunque el resto fuera perfecto. Ante todo y sobre todo se me cortaba la respiración cuando en plena Gran Vía buscaba donde aferrarme y no había mano a la que enlazar mis dedos. Me servía el bolsillo de un pantalón o del asa de una mochila, pero no era lo mismo. Era un yo contra el mundo. Como ha sido siempre.<br />
<br />
Por fin llegó la lluvia y solo trajo la tristeza. Soñábamos con escondernos del agua de primavera bajo un edredón de manchas. Escuchar cada gota marcando el tiempo y señalándonos la eternidad. Pero no sirvió para limpiarnos. El mundo estaba fuera esperando. El mundo y su gris, y sus malas noticias. El mundo donde la ternura no sirve, donde el talento no vale, donde los sueños no se cumplen, donde los amigos cogen las maletas y se despiden en los aeropuertos.<br />
<br />
<br />
No hay remedio. Me han contagiado.<br />
Definitivamente, tengo que cortarme el pelo. <br />
<br /></div>María a rayashttp://www.blogger.com/profile/12194236692960034321noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5825074393285790642.post-71482672377599436652012-04-04T13:50:00.001+02:002012-04-04T13:51:37.111+02:00Horas tempranas: Bogotá<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">Bogotá se despierta pronto, muy pronto, cuando a las 5:30 ya empieza a aclarar el día. A nosostras no nos despierta el sol sino el jet lag, que me abre los ojos como platos y me deja dando vueltas en una cama extraña. <br />
<br />
Desde la ventana de casa de Cristina se ven todos los tejados de la Castellana (curioso, irse tan lejos para acabar en un lugar de nombre tan familiar). Son tejados de chapa, con antenas y bidones en los techos que me retrotraen a Córdoba, Veracruz. Aquí también hay una montaña imponente que lo llena todo de verde (aunque sin las nieves perpetuas del gigante Orizaba). <br />
También hay un gato tranquilo apoyado junto a la ventana, observando, como yo, los tejados de este gigante de ocho millones de habitantes. Tiene el pelo atigrado y un gesto de león asilvestrado. Mi chaqueta está llena de pelos otra vez y unos se juntan con otros: los blancos con los color canela. <br />
<br />
Ya pitan los taxis amarillos en la avenida cien. Ya despertó la ciudad hace tiempo. Y nosotras, cuerpo de jota, no llegamos a dormir nunca. </div>María a rayashttp://www.blogger.com/profile/12194236692960034321noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5825074393285790642.post-92139439678967276472012-03-30T23:16:00.001+02:002012-04-01T18:46:50.975+02:00helicópteros sobre la ciudad<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><object height="132" width="353"><embed src="http://www.goear.com/files/external.swf?file=ca3720b" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" quality="high" width="353" height="132"></embed></object><br />
<br />
<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">La ciudad está tomada por todo un ejército de hombres azules. Suenan las hélices de un helicóptero sobrevolando la ciudad (¿uno o cientos?). Estamos en guerra, me pregunto bajando Bravo Murillo con los ojos cerrados y el viento en la cara. Abrazando a un forzudo en los semáforos en rojo.<br />
<br />
Siempre hemos estado en guerra (o eso me dijo Charo una vez). Algunos. Otros no. En guerra contra el sistema, en guerra contra el tiempo, en guerra contra lo real y contra lo ideal, en guerra contra la tristeza, en guerra contra el absurdo, contra la razón, contra lo injusto. Batallando siempre. Discordante. Quejica. Insostenible. Insoportable.<br />
<br />
Estamos en guerra otra vez y un helicoptero sobrevuela la ciudad. Pero en mi cama, las batallas son otras. El tiempo parece habernos dado una tregua, pero no es verdad. La tarde tibia se me enreda entre los rizos, se me escurre por el escote, se precipita hacia el suelo. Afuera un helicoptero nos ronda, nos vigila, nos controla. Pero aquí, al otro lado de las rejas de mi ventana la libertad de unos dedos ansiosos me recorren entera y no existe nada. Nada más. La ciudad está quemándose ahí afuera ¿te das cuenta?. La ciudad tiembla y yo también y no existe nada. Nada más. Solo esto. Una calma antigua, una nostalgia dulce, una felicidad inquieta. Ójala siempre fueran días de huelga.<br />
<br />
El helicóptero sigue sobrevolando la ciudad cuando las dos ruedas de nuestras bicicletas pisan el asfalto caliente. Pero se ha acabado la nada. Ahora es el todo y estamos todos. O casi todos. O algunos.<br />
<br />
Y gritamos.<br />
En pie de guerra. <br />
<br />
</div></div>María a rayashttp://www.blogger.com/profile/12194236692960034321noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5825074393285790642.post-29160082303972034732012-03-20T18:06:00.002+01:002012-03-21T18:19:10.760+01:00Cambio de planes<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"></div><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgaO5JO_qsu5_u5Sw_ot8xSNesNUuzOQ-pvyyemxzMILG8sN-skEpMeMY7QndZ6g2ULwC46ybMFAxjSKeeOjpR4T7jSUpZSRS72FmvvmGUErdVOJjfx7POCUJVW8jR4_I47DUnbyE3_0pSJ/s1600/cambio+de+rumbo.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgaO5JO_qsu5_u5Sw_ot8xSNesNUuzOQ-pvyyemxzMILG8sN-skEpMeMY7QndZ6g2ULwC46ybMFAxjSKeeOjpR4T7jSUpZSRS72FmvvmGUErdVOJjfx7POCUJVW8jR4_I47DUnbyE3_0pSJ/s640/cambio+de+rumbo.JPG" width="640" /></a></div><br />
Era una noche con estrellas y solo tenía, cuántos, ¿quince años? Ahí, sin saber, dibujé los planes irrealizables al amparo de una luna nueva. Soñé viajes, soñé futuros, soñé con la mano que agarraría mi mano por las ciudades malditas que recorrería libreta en mano.<br />
<br />
Luego llegó el futuro y el cambio de planes. Y no ocurrió nada. Ocurrió otro todo que distaba de ser aquel que imaginé aquella noche con estrellas. Los viajes nunca fueron aquellos, los gatos no se arremolinaron a mis pies, tampoco me metí en política, casi nada. Nunca viví en París y si me apuras tampoco en Berlín. Jamás fui corresponsal de nada y poco o muy poco correspondida en mis elecciones. No viví de las rentas de mis nostalgias e hice cosas mejores con mis labios de las que imaginaba (como dejar que se llenaran de rojo). También susurré cosas bonitas, escribí algunos cuentos, me pasé veranos persiguiendo amores imposibles, y perdí todas las batallas contra el tiempo. <br />
<br />
Fuimos sorteando los cambios de planes. Adaptándolos, esperándolos, escondiéndolos, superándolos a veces, a veces agradeciéndolos. Disfrutando de la marea, de los nuevos rumbos, de las noticias que nos cambiaron, de los puntos de partida de los que nunca partimos.<br />
<br />
Está a punto de acabarse un invierno sin planes que nunca fue como soñamos. Está a punto de arrancar una primavera cronometrada, un calendario cerrado, un futuro abocetado. <br />
<br />
Y una vez más.<br />
Nos quitamos el abrigo y llegó el frío.<br />
Nada será como esperamos.<br />
Cambio de planes. </div>María a rayashttp://www.blogger.com/profile/12194236692960034321noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-5825074393285790642.post-19143487127100215442012-02-23T17:54:00.000+01:002012-02-23T17:54:49.707+01:00primavera<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><object height="132" width="353"><embed src="http://www.goear.com/files/external.swf?file=cc58f4f" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" quality="high" width="353" height="132"></embed></object><br />
<br />
<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">No sé si soy yo o está empezando a llegar la primavera a esta ciudad sin lluvia. No sé si lo inventé o vi flores incipientes en los árboles secos. Tal vez fueron alucinaciones, proyecciones nocturnas, sueños de piezas desfiguradas que solo encajan durante la noche. Pero ahí estaba, el sol de un marzo a la vuelta de la esquina, el brillo de un día con más horas, un montón de caminos en bicicleta. <br />
<br />
Seré yo y no la ciudad, porque en la calle el frío encoge mis músculos a primera hora del día y los teléfonos móviles echan humo. Un ejército cifrado de signos ortográficos olvidados (corchetes, almohadillas, arrobas) toman la calle y la guerra. Llueven palos, solo eso, y así no hay quien construya una primavera, ni un país, ni un futuro. Pero así se hacen las cosas y ya nadie regala libros. <br />
<br />
No sé si soy yo pero mi cuerpo en plena primavera se me rebela como durante las astenias de mayo y yo solo quiero meterme en la cama y revolver las sábanas y cerrar los ojos y soñar lo justo para despertar con una sonrisa en los labios un minuto antes de que el radiodespertador escupa sus noticias. Quiero dormir un rato más y olvidar el mundo y después de una ducha dejar el cuerpo hecho un burruño a los pies de mi cama y salir a recorrer esta ciudad sin lluvia (y sin cuerpo). <br />
<br />
Me he comprado un billete una vez más y a Berlín aún no llega la primavera. Solo quiero emborracharme de cerveza y de amigos y pedalear con los ojos cerrados mientras un viento cuchillo de hielo me corta bajando la cuesta de Warschauer Str.<br />
<br />
Solo quiero que allí salga el sol y aquí no deje de llover en quince días. Quizá así los días grises puedan llenar los titulares de primaveras que hoy ocupan otros grises que nos vendieron azules. Quizá el cielo gris nos invite a perdernos en una cama, a recorrer esquinas, a enlazar una a una las estrellas de tu espalda hasta encontrar el dibujo secreto bajo tu piel.<br />
<br />
Mientras, quizá así y solo así, afuera se vaya gestando una verdadera primavera. Una que solo nos pertenezca a nosotros. Que no se la apropien estafas globales, ni mercados sin nombre, ni uniformados sin placas.<br />
<br />
Una primavera que, por una vez, en estos tiempos que corren, llene la ciudad de flores. </div></div>María a rayashttp://www.blogger.com/profile/12194236692960034321noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5825074393285790642.post-4747441107548015712012-01-22T22:51:00.001+01:002012-01-22T23:13:06.618+01:00Domingo<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcnZsiJvxCQH9mlEUkceebffAEZUBz3XZq3niOHfH7Tmy-lho5Gkc2i7oiYkWBL3MtTlpakM4TXA3mMaViVT6Vmqf1WlM9GgT32gkCHi2T1EwtJO3H5Bi7E9vRoeFFNkdlRUOJmwtQD6h6/s1600/DSCN1998+%25282%2529.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="239" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcnZsiJvxCQH9mlEUkceebffAEZUBz3XZq3niOHfH7Tmy-lho5Gkc2i7oiYkWBL3MtTlpakM4TXA3mMaViVT6Vmqf1WlM9GgT32gkCHi2T1EwtJO3H5Bi7E9vRoeFFNkdlRUOJmwtQD6h6/s320/DSCN1998+%25282%2529.jpg" width="320" /></a></div>Y como nosotros, la semana.<br />
Toca fondo el domingo pero vuelve a la vida el lunes.<br />
<br />
Una y otra vez.<br />
Una y otra vez.<br />
Una y otra vez.<br />
<br />
Y otra más. </div>María a rayashttp://www.blogger.com/profile/12194236692960034321noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5825074393285790642.post-46413435094182276312012-01-19T08:41:00.007+01:002012-01-19T17:50:09.336+01:00No tardarán en separarme de ti<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><br />
<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;"><br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9z4xu3tozRhpHxxa9DT2d2Kf1IDA708NH9mfWxi56JjORdU7SoCOfrV0r8ZKCf4fsua_Iq6x4WbAFv0Habe0y7VvMCe5po0EgT-YOPlgEtrr8zmmlJscrWvEJOG9af389l5d7sKiZa1Ik/s1600/DSCN2304.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="488" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9z4xu3tozRhpHxxa9DT2d2Kf1IDA708NH9mfWxi56JjORdU7SoCOfrV0r8ZKCf4fsua_Iq6x4WbAFv0Habe0y7VvMCe5po0EgT-YOPlgEtrr8zmmlJscrWvEJOG9af389l5d7sKiZa1Ik/s640/DSCN2304.JPG" width="640" /></a>La carretera en dirección a Toledo me ofrece una explosión de sol y luna. A un lado del autobús comienza un día muy largo, al otro termina una noche demasiado corta. Yo sonrío al recordarla y cierro los ojos para que a través del cristal ese sol de hielo la pegue a mí como un tatuaje. Olvidé pintarme los labios, olvidé dormir suficiente. Olvidé los malos días. </div><br />
Luego en clase una niña con la camiseta roja y los ojos achinados me dice que sí, que tengo razón. Que ella cuando llegó nueva y nadie le hacía caso pensó que Fulanita (y señala a la niña de al lado, una rubita gafotas y con una sonrisa alegre y desdentada) no era muy simpática pero que ahora es su mejor amiga. Que a veces nos dejamos llevar por las apariencias, que a veces no damos la oportunidad de demostrar a la gente lo <i>estupendísima, maravillosísima, súper fantástica y fenomenal </i>que puede llegar a ser. Eso lo añado yo y todos me dicen que sí emocionados. Con este público da gusto. <br />
<br />
Pero no soy yo, son ellos. De alguna manera me he contagiado de su entusiasmo, aunque hace tiempo que mis dientes volvieron a salir. Quiero acariciar cada una de las cabecitas que me miran alucinadas, que me dicen María, a mi tío una vez...y me acompañan hasta la puerta y me dicen adiós con sus manitas y sus sonrisas inocentes. Quizá no esté todo perdido.<br />
<br />
Pero a mi regreso, la ciudad, aunque menos sombría, sigue teniendo un no sé qué enroscado en los árboles desnudos de las avenidas. Por suerte aún llevo en la cabeza el recuerdo de sol cuando me meto en el suburbano y esa caricia me hace olvidar las manos frías, los músculos contraídos, el cansancio. En la radio no nos dan tregua: las ondas siguen escupiendo realidades inquietantes y las facturas no se pagan solas a fin de mes. Me dejo morir en una cama revuelta y sueño con la vida propia de los dedos inquietos y torpes de un niño llamado Harris.<br />
<br />
Más tarde me topo con este cartel: <i>No tardarán en separarme de esta vertical que me sostiene sobre ti.</i> Lleva ahí más de un mes, sostenido en esa vertical, resistiendo a las crisis mundiales, al pesimismo, a los días fríos, a las malas noticias, a las esperas inútiles, a los sueños truncados. Lleva ahí más de un mes. Resistiendo.</div><div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><br />
Bella poesía urbana para no perder la esperanza. </div></div>María a rayashttp://www.blogger.com/profile/12194236692960034321noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5825074393285790642.post-83444162420550970272012-01-05T13:05:00.003+01:002012-01-05T14:00:40.842+01:00Huertas-Malasaña<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><object height="132" width="353"><embed src="http://www.goear.com/files/external.swf?file=e08ce44" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" quality="high" width="353" height="132"></embed></object><br />
<br />
<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">Al volver a casa veo la <a href="http://fotograccion.org/wp/2011/12/ultima-hora-desalojo-del-hotel-madrid-15-o/">pared de cemento en la puerta del Hotel Madrid</a>. Otra evidencia más: hay cierto pesimismo en el aire. Todos hablan de lo mismo a mi alrededor y tengo la sensación de que una realidad plomiza se ha apoderado del cielo de este país. Es como si el apocalipsis que anunciaran los mayas estuviera preparando su llegada. No sé desde cuándo, no sé qué, pero hay algo raro en el ambiente. La ciudad ha dejado de brillar como lo hizo en primavera, como seguía deslumbrando en verano, como iluminaba, suave y nostálgica, el otoño que se fue sin darnos cuenta.<br />
<br />
Hace unas horas un polvo de harina llenaba un <a href="http://www.teatroespanol.es/programacion_teatro_espanol_madrid/ficha/obra?id_agenda=171&id_tipo=">escenario</a>. Una voz y otra y otra más. Los acordes de una guitarra, las frases antiguas de un libro de la tierra. Un orgullo ajeno me hincha el pecho y me remueve. Me conmuevo cuando voy y veo, cuando descubro que a veces las cosas ocurren: el esfuerzo merece la pena, lo ambiguo se vuelve concreto. Y sin más (sin menos) se cumplen. Se logra. Funciona. Y entonces quiero creer, quiero escapar de ese pesimismo del ambiente, de la resignación de este guión mal escrito.<br />
<br />
Después abandonamos el teatro y olvidamos las promesas. Nos bebemos una caña, nos comemos una tosta, abandonamos el barrio de las letras. El cemento del Hotel Madrid me devuelve a la realidad. Hay algo extraño en esa calle que siempre me hace recordar a hombres que me hicieron vibrar. Miro la luna que ya no es la sonrisa traviesa de Oporto y cruzo Sol. En Callao los operarios bajan las luces de Navidad de los grandes almacenes. Ha debido terminar y yo sin enterarme.<br />
<br />
Me ha picado un mosquito en el escote en pleno enero y me pregunto cómo es posible (el mosquito y el escote), atravesando la Gran Vía, oscura y denostada. Pero hay cosas que no se explican. De repente tengo miedo, de repente no. Es una certeza que me recorre por dentro y no me importa esperar. Sé que es y que será, no tengo prisa. Pero esa misma certeza me tambalea entre tal vez. Porque tal vez no sea certeza sino deseo. No sea real, sino ilusión. Y no sirva de nada esperar. Se desvanecerá como los sueños al llegar el día.<br />
<br />
Hace tiempo que no hay nadie en la pista de hielo de la plaza de la Luna.<br />
Tampoco en mi cama.<br />
Duermo.</div></div>María a rayashttp://www.blogger.com/profile/12194236692960034321noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5825074393285790642.post-90215347671322784132012-01-02T20:05:00.004+01:002012-01-02T20:10:27.971+01:00último día<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><object height="132" width="353"><embed src="http://www.goear.com/files/external.swf?file=b8d73dc" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" quality="high" width="353" height="132"></embed></object><br />
<br />
<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><div style="text-align: justify;"><br />
El último mediodía de este 2011 lo paso mirando desde una cristalera el océano. He metido mis pies desnudos en sus olas espumosas y el frío me ha cortado la respiración. Luego he dejado que la arena se me pegue a la piel, se me cuele entre los dedos y viaje así, camuflada entre mis uñas, al otro lado de la frontera.<br />
<br />
</div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;">Luego hemos conducido durante horas, se nos ha hecho de noche. Hemos hecho nuestro particular ranking de 2011: nuestros mejores momentos, nuestras mejores fiestas, nuestros mejores libros, nuestros mejores viajes. Al otro lado de la ventana iban pasando kilómetros. Veloces, como el tiempo. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">De repente, tengo una sensación de pérdida que no entenderé hasta mucho más tarde y un cansancio en forma de tos que se me agarra al pecho, como la nostalgia los días de frío. Aún así me siento feliz de estar de vuelta.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Brindamos con champán pero sin alegría, tal vez porque hemos convertido la nochevieja en algo tan cotidiano que nos alegramos más las tardes que nos reunimos sin darnos cuenta al calor de la chimenena, cuando afuera cae el frío sobre las higueras. Tal vez esa emoción que me embargaba cuando era una niña y todos gritábamos al terminar las campanadas no podrá volver nunca. Será otra cosa.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Nos abrazamos y nos besamos y yo quisiera creer en todos los buenos propósitos. Tal vez sea un feliz 2012, tal vez no. Tal vez no sea ni una cosa ni la otra. Tal vez sea vida ni más ni menos. Vida en su totalidad. Feliz y triste, plena y vacía, grande y pequeña, mísera y maravillosa. Y no será peor ni mejor. Será. </div><div style="text-align: justify;">Simplemente.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;">Un año lleno de vida.</div><div style="text-align: justify;">Para todos.<br />
<br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvhs-6ZyxL3eCNXgVy8bCigoOShBMlRoVr3TGHnvFEHrL-lN8FRDOTxZWLj7gDlZrRFRFYzXsQaepRCwHOi748Z_gSmzSdHFbgaZivijz6fygQuntJ2yGmD3Bd304s5JKZeAW4FSV6xIL6/s1600/a+falta+de.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvhs-6ZyxL3eCNXgVy8bCigoOShBMlRoVr3TGHnvFEHrL-lN8FRDOTxZWLj7gDlZrRFRFYzXsQaepRCwHOi748Z_gSmzSdHFbgaZivijz6fygQuntJ2yGmD3Bd304s5JKZeAW4FSV6xIL6/s640/a+falta+de.jpg" width="640" /></a></div><br />
</div></div>María a rayashttp://www.blogger.com/profile/12194236692960034321noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5825074393285790642.post-70546131836506728772011-12-30T22:12:00.001+01:002011-12-30T22:14:55.191+01:00Gaviotas<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><div style="text-align: justify;">Las gaviotas sobrevuelan la ciudad de Oporto. Planean sobre el Douro, le siguen en su camino hacia el fin. Nosotras también le acompañamos y visitamos la playa. Este Atlántico frío no riza mis cabellos y posado a nuestros pies, tan inmenso y profundo, pienso primero en Nueva York, como si alguien en la otra orilla estuviera pensando exactamente lo mismo que yo. Después me pregunto cuándo se tragó el mar al río, cuándo este desapareció sumergido entre sus olas y su agua salada. En qué línea imaginaria dejó una cosa de ser otra. Desapareció. Se transformó.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Hace un frío húmedo en Oporto pero un sol brillante y dorado. Las gaviotas nos gritan desde el cielo y me asustan. Luego tropiezo. Otra y otra vez. He tropezado tantas veces en esta ciudad que doy pasos inseguros por sus calles empedradas pero no dejo de mirar su cielo limpio, de cerrar los ojos mientras respiro esta ciudad hermana. Nos encontramos una muralla, una iglesia, un mercado, una estación. Subimos y bajamos en esta ciudad de cuestas y azulejos, de edificios abandonados, de vinos dulces y pescados sabrosos. Agotamos el día, agotamos diciembre. Se nos agotaron los días del calendario. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Descubro, no obstante, que no he dedicado ni uno solo de mis pensamientos, desde que llegué aquí, al año que se acaba. Tampoco al que empieza, aunque de eso ya se encargan las noticias en el diario: ser más pobres para parecer más ricos, esa es la consigna. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">No me pregunten por qué pero tengo la sensación de que las gaviotas no solo nos sobrevuelan en Oporto. No solo me asustan en Oporto. </div></div>María a rayashttp://www.blogger.com/profile/12194236692960034321noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5825074393285790642.post-2880156739922059612011-12-09T20:20:00.002+01:002011-12-09T23:17:25.412+01:00Día de fiesta<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><br />
Todo lo que quedó de ayer fue media botella de vino y apenas un par de golosinas compradas en el chino de abajo. También una cama deshecha, cristales rotos de una botella destrozada y un silencio sepulcral como de mañana de domingo.<br />
<br />
No se escuchaban ya viejas canciones italianas, ni el sonido metálico de nuestros besos de vino, cuando ahogábamos un grito de placer, un baile de pasos perdidos, un montón de palabras no dichas. Nunca estuvimos desnudos del todo y sin embargo nos vestimos y nos desvestimos una y otra vez. Luego dejamos que el equilibrio abrazara nuestra balanza, nos acurrucamos en el sofá, soñamos con un mundo perfecto e irreal en que ninguno creíamos y nos dimos al placer de la piel. Recorrerla sorteando una a una cada pequeña imperfección, cada lunar como una estrella, cada cicatriz como un abismo.<br />
<br />
Hoy es día de fiesta, pensé y tú negaste con la cabeza. No para mí y te marchaste ronroneando con el pelo polvoriento y la sonrisa cansada. Tu mirada, a pesar del sueño, era como tú, risueña. Nada que ver con la sombra negra que a veces, sin saber por qué, te nubla la vista de repente. Es como si un demonio se interpusiera entre tú y el mundo y aunque sea invisible y propio se vuelte tan palpable y real como la piel rugosa de tu espalda.<br />
<br />
He recogido la casa después de la fiesta de ayer. Lentamente, como se despereza un gato he ido poco a poco borrando las huellas de la noche anterior. No fue fiesta exactamente lo que aquí tuvimos, quizá un encuentro, una aventura, una búsqueda, algo con lo que olvidar que no somos capaces de olvidar, que seguimos día a día arrastrando fantasmas. No una fiesta. Eso no. Otra cosa.<br />
<br />
Solo cuando mi cama se ha quedado vacía la casa se ha convertido en mi hogar desangelado. He recogido la ropa, he cambiado las sábanas, he fregado los cacharros, he metido mi cuerpo gastado y humeante en una ducha caliene que me ha limpiado por fuera. He encendido una vela, he abierto un documento en blanco. He vuelto a la cama. <br />
<br />
Me he despertado por segunda vez con hambre y frío. He recorrido descalza los pasillos de la casa y solo he encontrado media botella de vino y la bolsa casi vacía de golosinas. Dos corazones de melocotón y fresa son el único resquicio de aquella orgía de azúcar, regaliz y vino.<br />
Dos corazones abandonados. Muy propio.<br />
<br />
Brillaba Madrid al otro lado de la ventana.<br />
Me he salido a beber unas cañas.<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="http://www.youtube.com/embed/aTDZ4QGshQo" width="420"></iframe></div>María a rayashttp://www.blogger.com/profile/12194236692960034321noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-5825074393285790642.post-9532605099881144242011-11-07T19:01:00.000+01:002011-11-07T19:01:51.509+01:00Debería hacerlo<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">Y si afuera no está lloviendo debería hacerlo. La oscuridad se va adueñando de la casa y nadie enciende las luces. Y el cuerpo no responde (debería hacerlo). Quiere dormir pero no duerme, y abro los ojos y voy desentrañando las formas azules de la mesa, de los libros, de la ropa acumulada en la silla. Debí dejar mi alma abandonada en la barra de un bar, beberme dos gin tonics o tres. Acumular tristezas y fracasos a lo largo del tiempo y sacarlos todos a pasear tal día como hoy.<br />
<br />
La casa se llena de luces, el útero se encoge y se desprende y las piernas flojean. Y me pregunto qué es lo que provoca esta reacción de alergia a la vida, esta lluvia y esta desidia. Fui recogiendo piedras que guardé en un bolsillo y ahora se acumulan todas junto a mi puerta. No me dejan salir (deberían hacerlo).<br />
<br />
Las calles de la ciudad más olvidada de la tierra lucen grandiosos su carteles electorales de colores brillantes. Yo espero un autobús que no pasa en la dirección correcta (o tal vez sea yo la que no esté en el sitio adecuado) y cuando llego a casa rompo un vaso. Los cristales se me clavan en la muñeca y sangro. Poco, casi nada. La sangre se me escapa por otro lado, los cristales se me clavan en otro punto. Quiero rendirme en el suelo de la cocina y llorar a borbotones, como la sangre de mis muñecas que no se escapa (debería hacerlo).<br />
<br />
Tal vez así, tumbada y desbocada, echada a perder como esta tarde absurda, podría recoger todos los fragmentos y hacer que tuvieran sentido.<br />
La lluvia, el cuerpo, las piedras, la sangre.<br />
<br />
<br />
Debería hacerlo.</div>María a rayashttp://www.blogger.com/profile/12194236692960034321noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-5825074393285790642.post-85746286098360045572011-11-02T17:42:00.003+01:002011-11-05T10:06:03.568+01:00Sucumbir<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><br />
<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBdi7vQXAWNA1PTR7d-ZFPkjdQ3fp8yA0p9stIX6jEPGZJR_cjI4II-nanaQi_xXT4KDWSs0jgdh5oH6llo8M440rv2DJ122Wb7KRRoX3eFkhDsGUd1FjWJeNfDHItpvqRQy1-RZesvN32/s1600/DSCN1989.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBdi7vQXAWNA1PTR7d-ZFPkjdQ3fp8yA0p9stIX6jEPGZJR_cjI4II-nanaQi_xXT4KDWSs0jgdh5oH6llo8M440rv2DJ122Wb7KRRoX3eFkhDsGUd1FjWJeNfDHItpvqRQy1-RZesvN32/s640/DSCN1989.JPG" width="385" /></a>Cómo entender que el mapa no está escrito y que sin embargo será él quién nos lleve a todas partes, quién nos indique nuestro destino, quién nos escriba el futuro. Cómo entender que ha llegado otro otoño, que las cosas son distintas y sin embargo todo sigue igual. Tan mortalmente aburrido como siempre. Tan extraño y tan familiar. Cómo entender que es uno más. Que es uno menos.<br />
<br />
Quizá era más fácil ponerse el vestido a rayas, acurrucarse en el sofa y sentir el ronroneo blanco y peludo de un gato, como Marcella en su cuadro verde. Quizá era mejor mirar con resignación y nostalgia la vida, rodeada de botellas vacías y paredes llenas de viejas historias. Quizá era más fácil, pero no más feliz. No mejor.<br />
<br />
Pero nadie nos dijo tal cosa aunque todos la creyéramos. Nadie nos dijo que ver amaneceres supondría después un atardecer. Nadie nos advirtió que vestirse de luto y pintarse la sonrisa mientras fuera comienza un invierno sería algo tan complicado. Que arañar las horas, que hacer como si no pasara nada sería la única forma de sobrevivir a los días muertos (y a los días de muertos). <br />
<br />
Nadie dijo que lo desconocido era mejor. Solo que era más emocionante. Quizá embarcarse en días de tormenta acabó en naufragio. Pero quién dice, digo yo, que no mereció la pena llegar a una isla desierta mecida por un recuerdo de sol.<br />
<br />
Nadie nos explicó que crecer era sentir nostalgia por salones oscuros de cortinas de encaje, de días de lluvia y manos que jamás te rozaron. Nadie nos dijo que crecer era ir perdiendo y ganando para perder otra vez.<br />
<br />
Será que anochece pronto y no hay calefacción en esta casa vacía.<br />
Será que todo parecía fácil y ahora parece difícil.<br />
Será que hemos sucumbido.<br />
Tocado y hundido.<br />
Una vez más. <br />
<br />
</div></div>María a rayashttp://www.blogger.com/profile/12194236692960034321noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-5825074393285790642.post-65396498876568116252011-10-11T12:55:00.000+02:002011-10-11T12:55:56.915+02:00Lo que siempre fuimos<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">Pensamos, ilusos de nosotros, que la vida y sus circunstancias nos van cambiando. Que la gente que conocimos, los lugares que visitamos, las personas a las que amamos, las ciudades que habitamos nos fueron modelando. Pero y si fuera al revés. Y si nosotros y la manera en que queremos modelarnos nos hace elegir la gente que conocemos, los lugares que queremos visitar, las personas a las que deseamos amar aunque a veces hubiera sido mejor odiar, las ciudades que buscamos y rebuscamos hasta adherirlas a nuestro DNI. Y si hubiéramos sido como somos siempre.<br />
<br />
Pero encontes si crecer es cambiar, en mi teoría, nadie evoluciona. Pero no es verdad. Evoluciona la imagen que damos al mundo y que ya contenemos. Somos como un cubo de Rubik, con mil caras distintas, con mil piezas que, dependiendo de cómo se coloquen, dan una visión u otra. Nos hacen de una manera u otra. Pero las piezas, lo que somos, lo que siempre fuimos, está ahí desde siempre. <br />
<br />
¿Y por qué me ha dado por ahí? Porque hace poco me hicieron un regalo. Era un viejo cuaderno de rayas, escrito a lápiz con una letra insegura, cuadrada y sin tildes. Tras esa letra insegura estaba yo. Y leerme en cada línea, en cada redacción del colegio, en cada pequeña historia era descubrir lo que siempre había sido. Lo que pensé que me habían dado otros y sin embargo, ya estaba en mí. Al menos la semilla. <br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6L8qpAjWc_96YJz4DHEEdf8NPgLrBY8hM3sIooBj1p0Fm1bkiVuN-tPcIqBKJLdpiFLcrF5pMjDMgY70x2lJcw3YBGkxj08Fobbecle_1BtZezLo5Jawgscrq5XBwxBfGOi3V2xoKPHpT/s1600/DSCN2181.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="475" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6L8qpAjWc_96YJz4DHEEdf8NPgLrBY8hM3sIooBj1p0Fm1bkiVuN-tPcIqBKJLdpiFLcrF5pMjDMgY70x2lJcw3YBGkxj08Fobbecle_1BtZezLo5Jawgscrq5XBwxBfGOi3V2xoKPHpT/s640/DSCN2181.JPG" width="640" /></a></div>Encontré, por ejemplo, esto:<br />
<i>El lobo nada feroz. </i> <i> </i><br />
<i>Había una vez tres cerditos que estaban haciendo una casa en una pequeña ciudad. Cuando estaban haciendo las paredes estalló una tempestad. Y en ese momento llegó el lobo dando voces. Los pobres cerditos no sabían donde meterse. </i><br />
<i>El lobo, no era el lobo feroz y solo querían invitar a los tres cerditos a su casa. </i> <i> </i><br />
<i>Y allí, pasaron un día muy feliz. </i> <i> </i><br />
<i>Fin. </i><br />
<br />
Y sin saber, sin intuir lo que siempre fuimos, veinte años después, sin conocimiento ni memoria, yo escribí esto: <a href="http://www.cuentoalavista.com/2010/11/el-malo-del-cuento.html">El malo del cuento</a>.<br />
No me digan que no es sorprendente.<br />
Lo sé desde mucho antes: escribo para no olvidarme nunca de lo que siempre fui. </div>María a rayashttp://www.blogger.com/profile/12194236692960034321noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-5825074393285790642.post-17829173905589422582011-09-21T10:57:00.002+02:002011-09-21T10:59:13.995+02:00Berlín ida y vuelta<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"></div><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiM_IP8bybGxh6slZHS1SyJLNo2ZirZA9JVRanmXjYK1vqKq5lpbtYtr_3URNraMeyzEMyTgfnSVvaqC1SU7KE1sAL0FGlqAVgvlqTa-A9P2CSm5H2YIerE9tHIuUYJJ2DXDTAmnZ9ITr6z/s1600/DSCN2119+%25282%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="368" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiM_IP8bybGxh6slZHS1SyJLNo2ZirZA9JVRanmXjYK1vqKq5lpbtYtr_3URNraMeyzEMyTgfnSVvaqC1SU7KE1sAL0FGlqAVgvlqTa-A9P2CSm5H2YIerE9tHIuUYJJ2DXDTAmnZ9ITr6z/s640/DSCN2119+%25282%2529.jpg" width="640" /></a></div><br />
Me pillaron los 29. Como un crack. Como algo que se rompe y se rasga. Como una parada de metro que llega antes de tiempo y tienes que bajarte de corre prisa, a trompicones, repartiendo codazos y con el corazón desbocado.<br />
<br />
Me pillaron los 29 y estuve una semana sin abrir la boca. Con los ojos expectantes, mirando al cielo por si caía un milagro y el tiempo se detenía. Por si no había embriones creciendo en úteros ajenos, desafiando al tiempo. Por si no había contratos de 40 horas, ni hipotecas a medio pagar, ni huelgas ni revoluciones. Miré al calendario por si acaso aún no hubieramos desembarcado en septiembre.<br />
<br />
Pero ahí estaba. El mes maldito. Así que cojí mis 29 y mi DNI caducado y me marché a Berlín. En la ciudad olía a tierra mojada y estuvimos escuchando conciertos hasta tarde. Me embriagué de cervezas y de bicicletas y volví a disfrutar de los amaneceres, de los mercadillos de trastos inútiles, del tiempo sin prisas, del césped junto al canal, de los amigos que nunca vemos. Luego Signe vació su habitación. Me regaló un sombrero y con el billete a punto se marchó a cruzar el océano, a buscar un amor, una vida, un futuro. A desprenderse de lo que había sido hasta el momento.<br />
<br />
En Schönefeld vimos cómo la engullía el control de policía, tan grande y tan pequeña. Con un ojo reía y con el otro lloraba. Yo volví a Schönefeld algunas horas después pero ya no había lágrimas. Los 29 me habían pillado inevitablemente y ya era hora de abrir la boca. En mi cabeza bullían las historias, los proyectos, los objetivos. Los 29. <br />
<br />
Tantas cosas, que no he vuelto a dormir seguido desde entonces. <br />
<br />
</div><object height="132" width="353"><embed src="http://www.goear.com/files/external.swf?file=d067b10" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" quality="high" width="353" height="132"></embed></object></div>María a rayashttp://www.blogger.com/profile/12194236692960034321noreply@blogger.com1