Te toco y nos curamos. Tú de lo tuyo. Yo de lo mío. Por un momento. En ese preciso instante en que te toco y nuestras soledades se juntan. Nos curamos.
El uno junto al otro, cada cual en una esquina de la cama, cubriendo los huecos (los vacíos) que nos dejaron otros. Así, sin ningún sitio donde escondernos, me tocas y nos curamos. Tú de lo tuyo. Yo de lo mío. Por un momento. Nos curamos y ya no importa lo que somos, ni lo que fuimos. Sólo que no estamos solos.
En la oscuridad tu respiración acaricia la mía y sin palabras nos tocamos, y mis fantasmas, que no son los tuyos, mientras, duermen.
Luego llega el día. Ya no te toco. Ya no me tocas.
Los fantasmas despiertan.
Se reabren las heridas.
El uno junto al otro, cada cual en una esquina de la cama, cubriendo los huecos (los vacíos) que nos dejaron otros. Así, sin ningún sitio donde escondernos, me tocas y nos curamos. Tú de lo tuyo. Yo de lo mío. Por un momento. Nos curamos y ya no importa lo que somos, ni lo que fuimos. Sólo que no estamos solos.
En la oscuridad tu respiración acaricia la mía y sin palabras nos tocamos, y mis fantasmas, que no son los tuyos, mientras, duermen.
Luego llega el día. Ya no te toco. Ya no me tocas.
Los fantasmas despiertan.
Se reabren las heridas.
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Que en el 2008 nos toquemos todos más.
Nos curemos más allá del instante.
Que en el 2008 nos toquemos todos más.
Nos curemos más allá del instante.