viernes, 12 de agosto de 2011

Como si el mundo se parara

Vacaciones. Qué extraño término. Una se toma vacaciones del trabajo, de su ciudad, de su país, a veces también de su gente. Una coge un avión, o un coche o una bicicleta. Una recorre a golpe de pedal un río centroeuropeo y todo gira al ritmo de sus ruedas, todo marcha a la velocidad que el viento y tus piernas marca.

Pero la conciencia no tiene vacaciones, ni el corazón, ni el planeta. La cabeza sigue dando vueltas. El mundo también. Y una se aisla. E Internet se apaga y no hay ningún quiosco en esos pueblos bárbaros donde se pueda comprar un periódico español. Y entonces es como si el mundo se parara.

Y de vuelta a casa vemos que no, que no hubo vacaciones. Que el mundo no para. Que Madrid no duerme. Que cada día sigue saliendo el Sol.

Cuento a la vista

Cuento a la vista
La parte niña del vestido a rayas