lunes, 7 de abril de 2008

Aterrizar

Aterrizo en Barajas sobre la hora prevista. Apenas 55 minutos y de repente Madrid: gente corriendo por todas partes. Pienso, sin mirar el reloj, sin prisas, qué duro el lunes cuando una ha despertado en otra cama, en otro lugar, cuando ha cruzado el cielo y desde el ventanuco del avión ha visto el mar.

Y tarareo a Quique mientras miro, por otra ventana de otro transporte distinto, cómo avanzan las obras de los cuatro rascacielos de Chamartín.

No es fácil, me digo, aterrizar cuando las nubes son grises.




3 comentarios:

Avan dijo...

No sería para tanto..

Fijo que fue peor comprobar in situ que si por altura fuese, a enrique gonzález no le llamarían quique sino quiquin.

Anónimo dijo...

Parece que se vive más cuando se viaja, ¿verdad?

María a rayas dijo...

Estoy de acuerdo Magapola, cuando se viaja (aunque sea un microviaje de dos días y medio) uno tiene la sensación de que el tiempo se ha vivido tan intensamente que hemos envejecido a la vuelta...

avan avan...cuanta maldad en tu comentario, pobre quiquin...con el conciertazo que dio...aaaay...por cierto...qué bonico ponerte cara por fin...

besos a los dos...

Cuento a la vista

Cuento a la vista
La parte niña del vestido a rayas