jueves, 24 de febrero de 2011

Un segundo

Los vaqueros que colgaban del tejado de en frente estuvieron años ahí. Nosotros los veíamos desde nuestro salón sin sol y nos preguntábamos cómo habrían llegado hasta ahí. De quién serían. Por qué estarían allí. Pasaron granizadas y vendavales y siguieron en aquel tejado, cubriéndose de mugre, de lluvia, de ciudad. Luego vinieron los obreros a renovar el edificio. Abrieron las puertas de sus balcones, de esos balcones que siempre habían estado cerrados y sileciosos y pintaron la fachada de color crema. También quitaron los vaqueros. Los descolgaron con un palo largo y desaparecieron para siempre. Bastó un segundo.

También basta un segundo para acabar con un sueño. Con una vida. Con un futuro. Basta un segundo para enamorarse, y un segundo para decepcionarse. Basta un segundo para cruzar la frontera entre lo bueno y lo malo. Para pasar de un día feliz a un día triste. Un segundo. Nada. Todo.

Paso demasiado tiempo frente a la ventana. Si no a qué esta filosofía de tejado. Los operarios están tan cerca que puedo verlos. Pueden verme. Así que ya no me siento sola, aunque los vaqueros y la historia que los llevo hasta ahí hayan desaparecido para siempre.

Ya lo sé.
Últimamente solo escribo tonterías.


6 comentarios:

RGAlmazán dijo...

Tonterias preciosas, muy bien escritas.
Un beso.

Salud y República

AROAMD dijo...

No me parece una tontería... Es todo un arranque sobre operarios y chicas en casa mirando por la ventana... No digo lo que estás pensando, sino otra historia.

gemotilia dijo...

De tonterias nada...........es de lo mejorcito...me gusta el giro que le das en el segundo parrafo aunque en ves de un segundo para acabar con un sueño porque no un segundo para decidir ir a por tu sueño-.....

interpreta-sones dijo...

bueno, el pantalón exhibicionista disfrutó de larga vida, lastimosa, casi, por tanta inclemencia. quizás estuvo soñando mucho tiempo que llegara ese segundo para aliviar su existencia. se pueden pensar cosas muy raras cuando uno se queda contemplativo, al otro lado de la ventana, estoy muy de acuerdo.

María a rayas dijo...

jejeje...este era el efecto que quería conseguir...(decir tonterías para que vosotros digáis...que va...si está muy bien...y yo haga: momento ego...que maligna...)

devaneos que tiene una mientras mira por la ventana...poco más que decir...


Raúl...si fue larga su vida, sí. Descanse en paz...

gemotilia dijo...

Bruja, acostumbrarde a tanto momento ego no es bueno que te mal acostumbral...........escribe ya!!!

Cuento a la vista

Cuento a la vista
La parte niña del vestido a rayas