martes, 12 de mayo de 2009

los pingüinos

Los pingüinos salen por las esquinas de esta oficina enmoquetada y gris. Llegó el verano y sonríen. Saben que a partir de ahora en la oficina hará más frío que nunca. Las mujeres se quejarán y los hombres gruñirán diciendo que sigue haciendo demasiado calor, que nos pongamos una chaqueta. Lo que nos pondremos es malísimas y entonces llegarán las bajas y la oficina trabajará a medio gas, pero no hay jefes lo suficientemente competentes para ver eso.

Los pingüinos salen por las esquinas de la oficina y se sorprenden al verme otra vez aquí. ¿Pero tú no te ibas? Y yo les digo que sí, que me iba, pero que entonces llegó la crisis y la gente comenzó a tirarse de los rascacielos, a rascar el cielo como rascamos el bolsillo, ese cielo que creíamos haber tocado en algún momento, tan boyante como parecía nuestra economía. Ellos me miran con cara de circunstancias, preguntándose si esa crisis de la que hablo afectará también al consumo de aire acondicionado, poniendo en peligro así su existencia, pingüinos oficinistas en la ciudad de Madrid.

Yo les tranquilizo con una sonrisa y les digo que no. Que recortarán sueldos, recortarán presupuestos, no renovarán el material, nos harán escribir en una hojita los números de teléfono a los que llamamos y nos preguntarán en cada momento por qué...

Pero el aire acondicionado seguirá a mil por hora, como una guerra de género, una guerra general en la que las mujeres pasan frío y los hombres, no será la menopausia, no paran de pasar calor.

Ellos ríen la ocurrencia, tranquilos al saberse a salvo. Yo les pregunto qué hacen aquí y no en Groelandia y ellos me llaman ignorante. Marcella, los pingüinos solo están en el polo sur.



Yo me quedo con la copla aunque me da igual. En este momento lo mismo sería Groenlandia que la Antártida o que esta oficina gris.

12 comentarios:

Anabel Rodríguez dijo...

Calmaste a los pingüinos oficinistas, funcionarios, camareros. Calmaste a los pingüinos de toda España que veían con angustia esta crisis que se nos sentó encima. Eso es una labor social, que no está suficientemente reconocida.
Por cierto, yo creo que lo de los tipos de tu oficina es menopausia. Palabra.
Muacccccc

mc dijo...

Y yo que creía que éramos nosotras las abre-ventanas... mm pero tiene que haber algún cable que desenchufar (o in extremis cortar) sin que nadie se entere... siempre los hay ;)
un saludo

Gemma dijo...

Jaja, María, cuánta razón tienes, chica. No en vano, se recorta siempre en función del criterio del que manda( a menudo, tan diparatado). Ya ves.

Un abrazo bien fuerte (una duda: ¿tan pronto han puesto a los pingüinos a trabajar? ¡Pobrecilla!)

Bea dijo...

Que bueno Mery!!!

Es una batalla perdida lo del aire acondicionado...y lo peor es que parece que ellos siempre la ganan y eso tiene que cambiar.

Un besote

Anónimo dijo...

Ganarla?.

Nosotros?. Ni de coña.

El aire acondicionado de las oficinas esta diseñado estrategicamente para que no dejar a nadie contento.

Anita dijo...

Es horrible ese aire acondicionado de tu oficina, de las tiendas a las que entras después de haber estado paseando por la calle a "treintaylargos grados"... Si es que su propio nombre lo indica: es un aire "a condición" de pillarnos unos resfriados de aupa.

Muakk

NáN dijo...

Mira tú por dónde, un misógino como yo y aquí me sale el lado femenino. Tengo en la oficina una chaqueta horrible que me compró L una vez, colgada de un perchero seis meses cogiendo polvo (la capa de polvo abriga lo suyo). Y el verano pasado me traje un fulár que le había comprado a un africano, y me daba 5 vueltas con él en el cuello.

¿Mi enorme ventaja sobre las chicas? (lado misógino, alerta roja). ¡Uso zapatos y calcetines!

En fin amigas, que me uno a vosotras es este calvario por el que en verano en la oficina tiene que hacer muchísimo más frío que en invierno, que a veces apetece ponerse un tanga de leopardo para trabajar.

Juanra dijo...

Por qué no hacéis caso al ministerio y lo ponéis a 24º como recomiendan?
Además no es bueno que haya más de 12º de diferencia entre el interior y el exterior

NáN dijo...

GSP, los jefes son como son y de lo que son: como les digas que el ministro socialista de la cosa recomienda 24º, ordenan de inmediato que pongan el termostato a 4º. Con tal de joder a Zapatero, lo que sea.

O sea, que vamos por lana y salimos trasquilados.

Álvaro Dorian Gray dijo...

Has puesto un espejo en forma de palabras. Que grises son (no siempre) las oficinas.
saludos y salud

Anónimo dijo...

Tosabu : me parece fantástico la gran guerra a los aires acondicionados
Creo que los odio por dentro y por fuera ¿No has observado lo feo que hacen esas cajas babeantes en las terrazas y ventanas de cualquier ciudad?
Me alegro María que hayas tocado el tema.
Un besazo. a

María a rayas dijo...

jajaja, me encanta el debate que se ha montado en torno al tema. Hoy los pingüinos no pululan por aquí, pero es que el jefe aún no ha hecho su aparición estelar...

El problema del otro día, Mega, es que aquí lo tenemos estropeado y estaban los operarios tocando botoncitos y nos tenían a todas con la piel de gallina...

Nan...yo no te veo muy misógino, la verdad, y si en verdad lo eres..ójala todos fueran así ;)

GSP, bienvenido al vestido a rayas...

Álvaro,no todas son grises, pero cuando lo son...lo son mucho...uffff

Anita...a condición, me gusta mucho más que aire acondicionado (que mira que es un término extraño, no?)

Mc, nosotras abrimos las ventanas...pero por otros motivos...es que lo del aire viciado no lo llevamos tan bien ;)

Anabel, ¿labor social eh? Si, sí, los pingüinos están pensando en hacerme un monumento en la Antartida...;)

Bea, guerra perdida o empate técnico (cómo dice ese anónimo-hombre que no sé quien es...) Pues yo creo que para acabar con este problema habría que dejar de currar en verano y santas pascuas...
todos felices!!

Tosabu, cajas babeantes me parece una increible definición...¿no te estarás haciendo tú tambien escritora?

un beso a todos
María

Cuento a la vista

Cuento a la vista
La parte niña del vestido a rayas