Dice Frauke que Kreuzberg se ha llenado de turistas. Yo no hago más que escuchar inglés por la calle, así que tal vez tenga razón. Hace un día precioso en la ciudad del muro. Como siempre esta ciudad me pone triste y me hace feliz al mismo tiempo. El barrio sigue igual. Todas las esquinas me hablan y pienso en Fran en su ciudad amarilla y le veo aquí, esperando el U-bahn en Schlessises Tor. No estoy acostumbrada a vivir esta ciudad sin él.
Estar en Berlín es extrano. Es lo de siempre pero es extrano. Camino por sus calles con la cabeza alta y una sonrisa de mujer feliz y me dan ganas de decirle a todo el mundo que estoy aquí de nuevo, que la ciudad me cuenta y yo le cuento. Que hemos retomado el romance donde lo dejamos, que volvemos a hacernos cosquillas, a cogernos de la mano, a vivir este amor imposible.
Pero no digo nada.
Con la sonrisa me basta.
4 comentarios:
Esa falta de eñes te delata, jeje. ;-P
Bienvenida. ¿Nos vemos el jueves?
Besos
Disfruta de esa química. Cuando la hay, las palabras sobran.
Muakk
como me gustaria estar ahi pero en estos momentos estoy muy triste para recordar ese pais ,tu me entiendes, un besazo enorme
Valdelagua
Hola Mega...delatada quedo...te llamo el jueves entonces...nos vemos..jijijiji....
la disfrutaré Anita, seguro!
Valdelagua...yo tb me estoy acordando mucho de vosotros...hemos hablado tanto de esta ciudad que ya tiene algo vuestro...ayer estuve en prenzlauer y vi el bar Manolo...y ya sabes...pensé en vuestro viaje y me tome una cerveza a vuestra salud...no valen tristezas, eh...la vida empieza y acaba y es así...y en su caso ademas fue maravillosa...asi que animooo
un beso gordo
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