domingo, 9 de mayo de 2010

Seguro



Ana me preguntó una vez sorprendida si no era feliz. Para ella la vida era algo mucho más sencillo, más real y más palpable que mis devaneos adolescentes. Pero no había un abismo entre nosotras, solo una mirada distinta que nos acercaba y nos completaba.

Ana me preguntó un día si no era feliz, incapaz en su corazón grande de entender la infelicidad de las personas cercanas. Ese día, sin que ninguna lo supiéramos, firmamos un contrato de amistad eterna. Tenía razón, lo teníamos todo, aunque con eso no bastara.

Pero la vida da vueltas. La vida es perra a pesar de las cosas maravillosas, de las risas y los viajes, de las cadenas interminables de e-mails, de las canciones desafinadas y los conciertos, de las confesiones y los anhelos, de los proyectos y los sueños. La vida ladrona y compleja.

A Ana hoy le falta algo. (Le falta alguien)
Pero aunque ya no lo tengamos todo, seguro que basta.
Pasará. Volverá.
La felicidad.

Seguro.

9 comentarios:

Shot dijo...

sí que volverá, siempre lo hace.
aunque sea solo durante un tiempo.

mariajesusparadela dijo...

Seguro. Y Ana, en su corazón, lo sabe.

NáN dijo...

Porque ¿qué es una persona que con los años no se vaya llenando de agujeros? El precio de la felicidad de hoy es el dolor de mañana. Y el del dolor, una felicidad todavía mayor la semana siguiente.

Para mí, desde luego, deseo un cadáver totalmente horadado.

Álvaro Dorian Gray dijo...

Y Ana abrirá las ventanas para dejar entrar el aire que le falta, aire llamado felicidad
saludos y salud (me ha encantado)

Anónimo dijo...

Ana tiene muchas personas a su alrededor que le van a apoyar y le sobrarán fuerzas para ella ser puntal de otros.
¡Qué sensibilidad la escritora!

sansopey dijo...

Por qué cada vez que entro a leerte me haces llorar?

Un abrazo bien gordo para Ana, y otro para tí, que la arropas para que el vacío duela un poquito menos y deje paso, con el tiempo, a una nueva felicidad.

María a rayas dijo...

Shot, claro que vuelve, y nosotros lo sabemos, aunque a veces no seamos capaces de verlo

María Jesús, claro que lo sabe, porque es una persona optimista y confiada. Nunca perderá la fe.

Nano, el dolor nos curte, es verdad, pero no sé si siempre merece la pena (hay dolores prescindibles, creo yo)

Álvaro, seguro que ya las tiene abiertas...aunque con este tiempo revuelto que tenemos...

Sensibilidad heredada, supongo!

Peyton!no llores!!!pues vaya don el mío...el de hacer llorar :-S

NáN dijo...

Claro que es imprescindible. Si no, acabas como Paris Hilton (aunque igualmente pobre).

De lo que se puede prescindir es de dolerse del dolor.

Véase http://lamuertedelespejo.blogspot.com/2010/05/l100e-cuatro.html

Anónimo dijo...

A ver si sabes de quién es:
Méteme, Padre Eterno en tu pecho
misterioso hogar
dormiré allí, pues vengo desecho
del duro bregar.
Cuando no se está solo las penurias se superan mejor.

Cuento a la vista

Cuento a la vista
La parte niña del vestido a rayas