lunes, 16 de febrero de 2009

Viaje a las ciudades amarillas: Las maletas


No tengo alma de viaje y sin embargo las maletas sin hacer esperan en mi habitación junto a un billete y una guía. Podría ser verano pero es febrero y en mí se crea una extraña confusión. Mi cuerpo desorientado piensa en ciudades amarillas y en abrazos con barbilla clavada en la espalda. En reencuentros sin lugares comunes. En un sitio del que solo conozco el color amarillo de su nombre y las difusas referencias de una conversación en Malasaña.

No tengo alma de viaje y sin embargo, en algunas horas, la aventura. Hago las maletas. Guardo nombres y recuerdos, regalos futuros y Marías pasadas, y zapatos fuertes por si acaso. Pienso en la tarde inquieta de mediados de junio en que las ciudades amarillas se cruzaron en mi destino, se convirtieron en (EL) destino de unas vacaciones sin fecha concreta y el recuerdo me lleva de la mano a un Berlín lluvioso repleto de cervezas y despedidas. Y más maletas. Siempre maletas.

No tengo alma de viaje ni de batallas. Pero quiero subirme a ese avión y dejar que Madrid se vaya alejando, que se pare el tiempo mientras todo en la gran ciudad continúa. Impregnarme de amarillo y a la vuelta, dejar que las maletas den cuenta de todo lo vivido.

7 comentarios:

Anita dijo...

Quien tuviera oportunidad de viajar ahora y escapar a cualquier destino.

Seguro que tu alma se vuelve más viajera que nunca cuando hayas despegado rumbo a tu destino. Jo, que envidia!

Muakks viajeros

Anita dijo...

Venga! y ahora te vuelvo a nombrar la palabra "destino" que creo que no la he utilizado aún (jajja);D

Si es que ultimamente estoy muy espesa...

ETDN dijo...

Pues si no tienes alma de viaje tú, ya me dirás...(¡eres la chica más viajera que conozco, jajjaja!)

Llénate los ojos de paisajes, amarillos y de todos los colores, disfruta a tope y guárdalo todo en tus bolsillos de rayas para contarnos a la vuelta.

¡Buen viaje!

Lara dijo...

pues qué envidia

no sé adónde vas

pero estaría genial acompañarte, con este sol

un besazo

Anónimo dijo...

Buen viaje, Rayada María. Por acá andaremos a la vuelta.

Víctor González dijo...

Prosa poetica refinada y... motores a pleno gas. Vamos que nos vamos. Corre por esa cinta inmensa que se hace más larga que el propio vuelo.
El avión tiene 6 puertas, dos delante, dos sobre las alas y dos detrás, ah! y las dos de los wc y blablabla. Bienvenidos al aeropuerto de...
Beso.

Gemma dijo...

Entiendo que has ido a Berlín. Justo el día anterior (15) regresaba yo de sus calles con árboles pelados y nieve fina para refugiarme en la soleada Barcelona... ;-P

A mí Berlín me pareció, más bien, blanca (por la nieve) al dejarla atrás...
Beso

Cuento a la vista

Cuento a la vista
La parte niña del vestido a rayas