La leona, cansada de las exigencias de aquel domador de bigotes puntiagudos y culo flácido, soñaba desde hacía tiempo con escapar. Al principio no lo hizo por el león, porque no podía evitar sentirse atraída por aquella melena rabiosa, aquellos ojos felinos y esa lengua aterciopelada. Luego descubrió con decepción que ella no era la única gatita de su corazón y enrabietada se juró a si misma que se escaparía de aquel circo de tercera donde malvivía a kilómetros luz de la sabana prometida, de aquel lugar al que pertenecía aunque jamás hubiera pisado. Así que un día mientras todos se abalanzaban hacia la comida, salió tranquilamente por la puerta. Una vez fuera corrió como no lo había hecho nunca y descubrió que su piernas eran más fuertes y rápidas de lo que jamás habría imaginado.
Caminó durante horas por los bosques, trató de cazar sin éxito algún conejo confiado y escuchó el rumor del mar. Durmió sobre un alcornoque, hambrienta pero feliz de estar por primera vez sin cadenas. De ser libre. El bosque enseguida se apiadó de ella. Pobre leona, con suerte acabarás con un dardo repleto de somníferos clavado en una nalga. Pobre leona, eso si antes un padre de familia asustado no te escupe una bala llena de muerte en tu corazón libertario.
La mañana le pilló por sorpresa, la luz de aquel sol de otoño era el espectáculo más bello que había visto nunca y supo que jamás volvería a su jaula del circo, que moriría en el intento si hacía falta. Pero no tuvo miedo. Era una leona africana, la verdadera reina de la selva, la que era capaz de cazar por la manada, de compartir su presa, de cuidar de los suyos, de defenderlos mientras el león dormía y espantaba moscas con el rabo.
El bosque, conmovido por la valentía de la leona decidió protegerla.
Nunca la encontraron.
8 comentarios:
el gato se ha convertido en leona
me gusta el cambio
buen bosque y espero que pocas anginas ya
besazo!
Precioso. Y si veo a la leona, que está por aquí cerca, le diré que no tenga miedo, que la protege el bosque.
Un beso.
Salud y República
Romántico, el cuento.
Pero no me gustaría encontrarme frente a frente con una leona suelta rondando el jardín o la ciudad...
En el fondo, creo que desconfío un poco de los felinos.
bss
Tosabu dijo...
Tú leona es como la mujer que siempre aspira a grandes dosis de libertdad.
Un besazo-
Y la leona se convirtió en dogo!!!!
La leona no resultó ni tan siquiera herida, sino que permanece lejos de todos nosotros, a salvo.
Muy tierno tu relato. Si señora.
Muacccccc
Y para esconderse bien, bien, lo que hizo fue hacerse perro. Y se quedó con todos los que la buscaban.
la leona se convirtió en perro, o eso nos hicieron creer, yo sin embargo estoy segura de que ahora pasea feliz por un bosque...( y que digan los periódicos lo que quieran ;-)
Fusa, se ha reído de todos, si señor
Anabel a salvo y feliz!
Kira...ay besitos guapa
Tosabu, podrías ser tú esa leona, perfectamente (que anda que no tienes un lado felino...)
ETDN hay mucha gente que desconfía de los felinos... A mi me encantan los gatos y precisamente ese algo salvaje que os hace desconfiar es lo que me fascina de ellos...su espíritu libre...
Rafa, si te la encuentras salúdala de mi parte ;-)
Lara, de gato a leona, un cambio bastante lógico la verdad...y las anginas se quedaron en el gato (menos mal...)
besos a todos
María
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