lunes, 25 de agosto de 2008

la silla verde



Ella salía por la puerta verde cada tarde con los niños a dar un paseo por el barrio, comerse un helado sentados en las murallas, y caminar junto al mar. Mientras él, que acababa de regresar con el bote, de pescar lo que cocinaría más tarde para la cena, se quedaba sentado en la silla verde esperando, con una pluma de la mano y un cuaderno lleno de garabatos, esa gran idea.

A ella le gustaba el sol y la compañía, juntarse con otras parejas que, como ellos, acudían cada verano con los chicos a aquella isla del Adriático, tomarse una cerveza a media mañana, sonreir a los camareros bronceados y sonrientes que le servían en la terraza. Le gustaba leer revistas, comentar los cambios y las novedades, observar como crecían los niños, como rescataban conchas de la orilla y se les iba oscureciendo la piel. A él le gustaba la paz del mar abierto, el silencio que rompían solo las olas y las gaviotas, hablar poco, leer mucho, llevarse a los pequeños al campo y enseñarles a reconocer los distintos tipos de setas, a escuchar el silencio, a observar, a buscar. La gran idea.

A ella le gustaba verle sentado en la silla verde cuando regresaban del pueblo, con su mirada perdida y su sonrisa escueta. Le gustaba que la gente hablara y que nadie entendiera que todo eso que él tenía dentro, le pertenecía casi en su totalidad a ella, la que sonreía a los camareros y saludaba a todos por la playa. También a él le gustaba verla, todos los amaneceres, durmiendo tranquila como una niña con el pelo revuelto y la respiración pausada, acariciar su vientre fértil, sus cicatrices de madre, besarle los pies. Y que nadie supiera.

Una tarde cuando volvió del paseo con los niños, la silla verde estaba vacía. Nadie entendió que ni siquiera intentara buscarle por la isla. Nadie entendió, sólo ella, que había encontrado su gran idea.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Sabes que tu blog es el primer resultado al buscar pelirroja gafapasta en google?
Buscaba por pura curiosidad, no es que fuese a darle al arte onanista.

Pero bueno, he encontrado este blog increíble, leyendo esta y un par de historias más me ha enamorado, me encanta la escritura amateur, ojalá tuviese el valor (y los comentadores chupipandi) para abrir yo uno igual, que tengo por ahí unas cien paginas desperdiciadas.

En fin, se va a favoritos, seguiré leyendo lo de los otros meses y lo que vayas poniendo.
Un saludo :D

Anita dijo...

Preciosa historia.
Uff, leyendo el último párrafo me recorrió un pequeño escalofrio. Imagino que he entendido cual era la gran idea del tipo de la silla verde.

Besotes mil.

RGAlmazán dijo...

Y es que hay ideas que sólo entienden los implicados. Precioso minirelato.
Un beso.
Salud y República

Anónimo dijo...

Parece que el viaje al norte ha ayudado a que se construyera una historia estupenda, aunque nada tenga que ver...
Me alegré mucho de conocerte.

Anónimo dijo...

Acabas de conseguir un nuevo admirador!!!!

Ha sido el mejor momento del día. He disfrutado mucho entre tantos papeles y responsabilidades, haciendo un paréntesis para leer tus historias.

Un besote de alguien que te quiere y te aprecia muchísimo. C.B.

María a rayas dijo...

victorbite...jajajaja...no preguntaré que hacías buscando pelirroja gafapasta en google, pero me ha hecho una ilusión tremenda ser la "pelirroja gafapasta" de Internet (sobre todo ahora que tengo el rojo descafeinao en el pelo...) bienvenido al vestido a rayas!!!

rafa, precisamente eso, la complicidad que no entiende nadie era el motivo de este texto...

bruji!!!si que fue bonito conocernos!!

anita...me alegro que te gustara...¿cual es esa gran idea? seguro que coincidimos...

admirador de siglas CB y con papeles y responsabilidades, yo conozco a alguien que quiero y aprecio muchísimo con esas mismas iniciales...¿serás tú?

un beso a todos
María

carmen moreno dijo...

Lo que asusta es que las grandes ideas de los otros trunque nuestras grandes espectativas. Me siguen gustando tus cuentos.

FBlack dijo...

no he podido evitar recordar a los Nikis versioneando aquella famosa canción...que habrá tras esa puerta verde...?

NáN dijo...

¡qué bien!

Lara dijo...

Yo también tuve escalofrío...
La isla me la imagino croata, porque sí.

Un abrazo!!!!


(¿Qué tal tu hormona?)

María a rayas dijo...

querida Carmen, 100 por 100 de acuerdo, a mí me parece injusto y terrible y me divido a partes iguales entre lo bello que me parece una historia de complicidad como ésta y lo terrible del egoismo que hay en ella...

pues sí Fblack...qué habrá tras la puerta verde?

Lara acertaste de pleno, isla croata...(mi hormona bien, gracias...jijiji)

Nán...¡qué bien que qué bien!

un beso gordo a todos

Cuento a la vista

Cuento a la vista
La parte niña del vestido a rayas