Se queda a este lado de la Gran Vía, con las plantas colgando en el balconcito que vio pasar veranos, periódicos y bocas carnosas de tomate y aceite. Se queda esperando, con ese abrazo de nubarrones y lluvia ácida, de pintadas por las paredes reivindicando la nada, con su galopar de autobuses eléctricos, con sus fiestas guardadas en pisos recién estrenados. Se queda Madrid y yo vuelvo a visitar un aeropuerto y a mirar hacia atrás y a contar los días.
Desconecto. Unos días.
Pero, soy insoportable, siempre quiero lo que no tengo.
Esta ciudad a la que le soy infiel de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Por poner un ejemplo.
4 comentarios:
Y yo me pregunto ¿hacia donde vuelas hoy? ¿a donde te lleva ese deseo de infidelidad que acarreas?. Espero que nos ilustres cuando vuelvas. Muacccc.
Buen viaje guapa. Supongo que te espera Berlín. Dale recuerdos. Y pásalo bien.
Besos.
Salud y República
Pues te has perdido unas procesiones increibles... jejejeje
saludos y salud
Rafa...Berlín...no hombre...si todo el mundo estaba ahí este finde, yo voy de original por la vida...;-)
qué penica las procesiones...álvaro, con lo que a mi me gustan...pero mira que en Barcelona no se estaba tan mal...
Anabel, misterio resuelto;-)
besitos
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