Tengo una mesa llena de libros de cuentos, un par de cuadros apoyados contra la pared, una bicicleta rota y un móvil que no suena. Tengo un antiguo novio con una promesa incumplida y un desconocido que jamás llegó a gustarme pero que tampoco cumplió.
Tengo la habitación por fin limpia y una puerta bajo mi cama y una ventana desde la que no se ve el sol. Tengo frío y la cama sin hacer y un ordenador que apenas funciona y una radio que solo pone canciones de amor. Tengo una tele que nos trae Venecia y pienso que nunca subí a una góndola, ni visité el Museo de la Academia, ni hice todas esas cosas que suelen hacer los turistas. O las parejas.
Tengo un decálogo en el frigorífico con solo ocho puntos y una lista de tareas sin tachar. Tengo una agenda apretada y un montón de recuerdos bonitos. Tengo un sueño que nunca confieso y miles de libretas empezadas que no creo que termine. Escribo tan poco a mano.
Tengo una nostalgia añeja, una felicidad inquieta, una suavidad fiera. Tengo un Madrid lluvioso, un Berlín difuminado y una casa con balcón.
Tengo una sonrisa roja, unos rizos locos y unas alitas en la espalda que no sirven para volar (todavía).
También tengo ganas.
Todas.
Tengo la habitación por fin limpia y una puerta bajo mi cama y una ventana desde la que no se ve el sol. Tengo frío y la cama sin hacer y un ordenador que apenas funciona y una radio que solo pone canciones de amor. Tengo una tele que nos trae Venecia y pienso que nunca subí a una góndola, ni visité el Museo de la Academia, ni hice todas esas cosas que suelen hacer los turistas. O las parejas.
Tengo un decálogo en el frigorífico con solo ocho puntos y una lista de tareas sin tachar. Tengo una agenda apretada y un montón de recuerdos bonitos. Tengo un sueño que nunca confieso y miles de libretas empezadas que no creo que termine. Escribo tan poco a mano.
Tengo una nostalgia añeja, una felicidad inquieta, una suavidad fiera. Tengo un Madrid lluvioso, un Berlín difuminado y una casa con balcón.
Tengo una sonrisa roja, unos rizos locos y unas alitas en la espalda que no sirven para volar (todavía).
También tengo ganas.
Todas.
10 comentarios:
Tus palabras me recuerdan a una de mis canciones favoritas de Pink Floyd "Nobody home"... Hermoso collage el que siembras sobre tu alfombra.
Besos
Mira debajo de la cama, abre la puerta, déjate caer por el hueco, bebe de la botella que hay encima de la mesa, disfruta el tiempo que quieras siendo diminuta y verás como acabas teniendo ganas de volver a la cama que debajo tiene una puerta, que se abre a un hueco, que.
Escapaté con Alicia...
saludos y salud
sabes lo qeu tengo yo? una habitacion desordenada, pinceles por todos lados, dos carteles sin enviar y un cuento que acabar para salir con la pelirroja a soñar...
ganas!!! y astenia... pero llega el sol... y nos estamos curando, y todo va a salir bien y, va a llegar algo bueno seguro...
Ole, ole, ole....te has quedado a gusto eh????
Tienes muchas cosas por hacer. Mejor que tenerlas hechas...
¿Te has olvidado ya de nosotros?Miro cada día el blog y me encuentro siempre ls misma entrada. No sea vaga no nos castigues más
ay chicos...que soy un desastre...que tengo el blog abandonado...y a vosotros también...
entre todas estas posesiones no está la de la constancia...qué desastre...
gracias por seguir por aquí....
a pesar de
un besazo!
Tienes muchas mas cosas que yo pues no tengo ni las tres ovejas en una cabaña de la canción.Ni bicicleta rota ni cama sin hacer, ni frío, pero ¿de qué sirven tatas cosas? Lo importante es saber usar las que tienes.¡Ha! sí, tego una cosa: muchos besos,te mando uno.Tu admirador enamorado platónico.
beso recibido!!!
algo más en mi lista de posesiones
un beso!
María
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