jueves, 25 de noviembre de 2010

Elixir



Algo se rompe dentro de Caro. Tiene veintirés años y hasta hace unas horas un novio alto y guapo con el que compartir desayunos y cenas, camas, sofás, coches, idas y venidas, un par de años. Ahora su piel transparente esta roja, irritada por unas lágrimas que no curan, ni tampoco la hacen sentir mejor, pero que son inevitables. Yo le regalo una pastilla de sol de las que me regaló Rocío y dentro una frase de Tagore le recuerda que siempre brilla el sol, a pesar de. 

Últimamente solo hablo de rupturas y me pregunto qué extraño elixir tiene esto del amor que nos hace volver siempre a pesar de las huidas. No desesperemos, no generalizamos. No nos volvamos locos todavía. Porque también hay quien, en estos tiempos inciertos, se enamora. Con fragilidad, con delicadeza. Con mucho miedo, con muchas ganas. Lo imposible se vuelve posible y de repente lo extraño es que no hubiera sido así siempre.

Unos entran y otros salen y mientras yo hago la maleta. Le temo al frío como si ahí donde voy pudiera hacer más frío que aquí. Como si la niebla del Danubio fuera más densa que la del Spree.Voy a una ciudad que fueron dos ciudades y me hace gracia. Berlín también era dos y ahora es mucho más que una. Tengo el don de sentir las nostalgias que vendrán y con la maleta hecha pienso en las semanas que apenas quedan para hacerla de verdad. Para salir mientras otros entran en esta ciudad de idas y venidas, de gente que busca y que encuentra.

Y también me pregunto qué extraño elixir tiene Berlín. Qué extraño elixir, Madrid. 
Porque yo también vuelvo. 
Siempre.

5 comentarios:

NáN dijo...

Lo que el Danubio separa, Széchenyi lo une.

Siempre.

ETDN dijo...

Deseando el reencuentro. Y que nos sigas contando tus viajes.

beso

AROAMD dijo...

¿quieres búsqueda aeroportuaria?
pongo el carro
pon tú un horario posible

nano: mi palabro es sting
pensemos qué significa

María a rayas dijo...

Nano, y cuando uno lo ve piensa: madremía hasta que llegue al otro lado. Pero entonces te pones a caminar y miras y observas y cuando quieres darte cuenta has cruzado el Danubio. Tan fácil. Siempre.

ETDN, ya queda menos. Muy poquito. Casi nada.

Aroa...el horario lo pone easyjet, veamos que dice. En tu carro yo princesa, qué felicidad...

besos gordos...

Anónimo dijo...

Así es, dicen por ahí que es el amor el único error que el hombre comete una y otra y otra vez...
A veces quisiera que no sucediera de nuevo, pero aún así, con miedo o no miedo, sé que llegará ese día en el que así con la cara roja e irritada, volveré a enamorarme de una persona y de una ciudad.

Cuento a la vista

Cuento a la vista
La parte niña del vestido a rayas