martes, 15 de julio de 2008

donde regresa siempre el fugitivo


Madrid no duele y me gusta. No es una herida, ni una cicatriz, no es un esguince crónico que se resiente los días de tormenta. No es una foto que se queda amarilla, ni unas gafas que pasan de moda, ni un producto con fecha de caducidad. Madrid soy yo y nunca se escapa a pesar de las huidas.

Es donde esperas y te esperan. Donde lo conoces todo y todo te sorprende. Donde aterriza siempre el avión de vuelta de cualquier parte, y descansan las maletas sin deshacer. Madrid es donde no hay fiestas de despedida sin fiestas de bienvenida, donde se esconden todas las nostalgias y todos los proyectos, agazapados, a la espera de otro verano.

No es una postal, ni una foto fija.
Es una felicidad a ratos, un mar donde el oleaje no descansa, pero la playa te ofrece un lugar donde dormir, una fiesta que no acaba nunca, que acaba y no hay que recoger. Una borrachera sin resaca.

Madrid no duele, y me gusta.
Aunque a veces, mi alma nómada- la de los que tuvimos un mapa mundi, durante la infancia, colgado en la pared-, me haga olvidarlo.

13 comentarios:

Anita dijo...

Muchas veces estuve de paso y nunca lo descubrí, hasta el pasado año. Entonces me dije: ¿Porqué no habré venido antes?... Desde entonces me encanta escaparme de vez en cuando y perderme entre tanta gente que no te "radiografía" como en los pueblos, jejje...
Saludos.

Bonita del Norte dijo...

Madrid no duele, pero también hay despedidas, cuando tu te vas, otros se quedan sentados en un banco de la gran vía pensando en que harán los rizos locos de la pelirroja en veracruz o en berlín... tu no te das cuenta de la despedida porque eres la que te reencuentras, pero a los que se quedan si le duele la despedida.

Anónimo dijo...

No sé si es bueno o malo conocer Madrid muy de paso y muy de cuando en cuando. Los que vivimos en ciudades pequeñas, habitables, que puedes recorrer a pie de punta a punta, sentimos algo parecido a la paletez tipo martinezsoria cuando nos encontramos en mitad de una avenida, y una cierta asfixia cuando llevamos varios días...
Pero también tiene algo de mítica. Supongo que también Sabina tiene algo que ver en ello.

María a rayas dijo...

mmm...señor-ina...no me refería a eso...las despedidas no son despedidas...son simples hastaluegos...

anita...bienvenida al vestido a rayas...Madrid es mi lugar, pero cada uno tiene el suyo, el sitio que es su casa y en el que siempre hay alguien que te espera, dispuesto a tomarse unas cañas contigo y ofrecer una conversación interesante...
(pero sí...coincido contigo...Madrid es un buen lugar en el que perderse...)

Bujaroja...si que da miedo a veces esa mole de ciudad, y si que se echa de menos que sea un poco más habitable...pero más que al Madrid real me refería al espiritual:todos tenemos un Madrid, aunque para cada uno tenga un nombre diferente...

besitos!!

Álvaro Dorian Gray dijo...

Esos Madrid que cuando viajas fuera ya lo hechas de menos...
A mi me pasa con la misma Madrid.
Saludos y salud

Avan dijo...

Tiene que haber muchos mundos dentro de Madrid… no deja de ser un viaje continuo vivir ahí ¿no?. Ideal para almas nómadas.

CarmenS dijo...

No es un a ciudad bella ni bien trazada, no es un compendio de maravillas arquitectónicas ni un modelo de limpieza y orden, pero es acogedora porque de siempre ha estado recibiendo y despidiendo a sus gentes, las gentes que nacían aquí o simplemente venían a vivir durante una temporada. Estamos acostumbrados a recibir a los de otros sitios y se procura que se encuentran a gusto en Madrid, comprendiendo, sin embargo, que añoren sus paisajes, sin duda más hermosos y tranquilos que el nuestro, el de la ciudad.

Anónimo dijo...

Y Madrid no lo conozco, y eso duele. Lástima que conozca tan poco del mundo. Pero menos mal que hay tiempo y ganas. Ahora falta el dinero!

Un fuerte abrazo y enhorabuena por el blog, que aún soy novato en esto de ir de blog en blog :)

Anónimo dijo...

Tengo que ir a Madrid. Ya me vale, haber estado en Berlín y no en la capital de mi país. ¿Te gusta mucho Alemania, no? Yo estoy de Erasmus en Würzburg, no sé si lo conoces.

Un abrazo,

Iraide

María a rayas dijo...

Cecilia...estoy de acuerdo contigo...Madrid es una ciudad que recibe...aunque a veces sus dimensiones mareen y cueste hacerse a ella...

Avan...si que es un buen lugar para almas nómadas...pero somos una generación que no se conforma nunca (insaciable...grrrr....)

Alvaro... se echa de menos, sí...(yo especialmente las cañas, el rastro y los domingos de sol...)

A ver, a ver... mis dos nuevos visitantes que NO conocen Madrid....¿a qué esperáis?...menos mal que esta ciudad no se mueve de sitio!!! (bienvenidos al vestido a rayas, por cierto!!!)

Iraide...soy una loca de Alemania, sí, estuve de Erasmus en Erfurt, por cierto (pero hace ya algunos años:S) y Würzburg...es una ciudad con un castillo en lo alto de un monte???creo que he estado ahí...

besos y abrazos de juevescasiviernes

Anabel Rodríguez dijo...

Madrid es tu hogar, querida Marcella. ¡Que bien escribes ladrona!
Pásate por mi blog si tienes tiempo.

Anónimo dijo...

Sí segnora!!! En la ciudad de la fortaleza estoy. No me quiero ir...
Besitos!!

SBM dijo...

Ay Madrid... Como dice Cecilia es difícil sentirse extraño en Madrid e imposible no congeniar con un madrileño en su tierra... Para mi desde hace ya años, Madrid es el destino al que voy al menos diez veces al año por motivo de trabajo. Son nervios al acercarme al nº 52 de la Gran Vía de la fotografía... y es ocio si voy acompañado (de Anab) Son librerías infinitas y museos donde perderse... Es animación y alegría...

Cuento a la vista

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La parte niña del vestido a rayas