miércoles, 22 de septiembre de 2010

El regalo de Frauke

Como si hubiera sido mi cumpleaños, ayer me regalaron dos cosas. El cuaderno de notas (de viaje) sobre el que escribo esto (y que guardaba una carta de amor y morriña que no encontré hasta hoy) y una pequeña maleta de cartón con animales. Yo creo que es una fiambrera para meter el bocata del recreo, pero Frauke dice que no, que es un maletín donde guardar ideas para hacer mi estancia en Berlín lo más productiva y creativa posible. Frauke cree en mi mucho más que yo misma. Confía en que haga lo que he venido a hacer y mucho más.

En Berlín hace hoy un sol espléndido, un calor suave, una brisa ligera. He salido con la bici buscando el parque y lo he encontrado mucho más verde de lo que lo recordaba. Hay cosas que han cambiado: si Fran siguiera viviendo en el mismo edificio (en la misma ciudad) habría tenido que contratar Internet porque han cerrado el bar de modernos al que le robábamos la conexión. Su edificio, además, es ahora blanco, Las bicicletas siguen amarradas al mismo palo, y no sé que hacer con ellas. Si dejarlas ahí, como un monumento a ese tiempo que compartimos en la ciudad del muro, o romper las cadenas y llevarlas al desgüace. Todo está lleno de graffitis. Eso no ha cambiado, pero intuyo que mi mirada sí. Berlín es feo, pero está tan lleno de vida a una hora cualquiera de un día cualquiera que me pregunto hasta cuando durará esta vida bohemia. Esta ciudad al sol. 

El regalo de Frauke está todavía vacío pero pronto se llenará. Berlín es una musa coqueta y seductora que intuyes más que conoces. Por un momento pienso en que cojones hago aqui, sola, pero enseguida ocurre algo: una bici con cesta que pasa a mi lado, una pareja rubia que arrastra un carrito con un niño rubio dentro, una guardería que abre sus puertas, el viento haciendo sonar con fuerza una sinfonía de árboles, y entonces todo tiene sentido. Hay un motivo. Una maleta verde con jirafas, monos, leones y cebras a la espera de ideas, de experiencias, de palabras. 

Muchas palabras y una ciudad.

Suficiente

5 comentarios:

RGAlmazán dijo...

Llenarás la maleta de cartón. Ya lo verás. Eso sí, luego esas ideas has de plasmarlas y regalárnoslas en este blog. Besos.

Salud y República

Anónimo dijo...

Que se hagan realidad tus deseos porque cada día me cuesta más la separación.
Besitos cariñosos.

The Wise Man dijo...

Las ciudades siempre son musas, aunque tras pasar un cierto tiempo en ellas nos acostumbremos a su compañía y su influencia nos parezca rancia y manida. Pero siempre quedan cosas por ver y gente con la que hablar :)

Que tengas buena estancia, que llenes la maleta... y en vez de llevar las bicis al desguace, llévalas a un taller donde las arreglen y las pongan bonitas ^^

Un beso

NáN dijo...

Mary la Roja, un abrazo encuadernado.

María a rayas dijo...

Rafa, esa, entre otras, es la idea, así que vamos bien...

Anónimo, venga ya hombre, ni que me hubiera ido a la cochinchina...

W-man, es que están muy mal (las bicis digo)

Nan, abrazo encuadernado para ti también

Y un beso a todos

Cuento a la vista

Cuento a la vista
La parte niña del vestido a rayas