Me intriga esa figura en el balcón.
Tan blanca.
Tan bella.
Tan perfecta.
Es preciosa y yo no me canso de observarla cada vez que voy o vengo de la estación de cercanías. Mira por la ventana, busca entre la gente y yo me la imagino esperando a alguien o algo que nunca llega, con la mano en el pecho (me reconozco en este gesto) con la mirada inquieta, con la fe intacta pero la sonrisa triste.
Y a sus pies la ciudad. Los ejecutivos pasando. Los militares guardando la puerta de los tribunales. Los coches pitando, contaminando, molestando. María comprando el periódico y bajando la cuesta de la calle Prim. La velocidad, el estrés
y ella.
El equilibrio.
(También la tristeza)
La chica que mira por la ventana me recuerda a mí en los días malos, los de la sonrisa pintada. Observando la vida al otro lado del cristal. Esperando sin decidirse a hacer nada. Con la angustia en el pecho (acariciándola con los dedos), con la fragilidad surgiendo en cada poro de su piel de mármol. Bella pero inaccesible. Pequeña. Pequeña. Pequeña.
Cada día la miro y me admiro. Ella no dice nada, no me ve. Sigue esperando. Y yo, con mi sonrisa roja, la de los días buenos, tengo ganas de invitarla a bajar a comerse el mundo.
Deja de esperar. Hay vida al otro lado del balcón.
Ella no me escucha y sigue mirando por la ventana.
Como yo en los días malos.
5 comentarios:
'Tú me quieres nívea
tu me quieres blanca
tú me quieres alba'
dice por ahí una mujer poeta
maría:
yo te quiero loca
yo te quiero inquieta
yo te quiero roja
me encantó
jarecilla...yo también te quiero mi coleta la poeta!!
(en los dias buenos y en los malos)
nava...gracias por tus comentarios!!
(breves pero concisos...a mi también me encantan...jajaja)
Entonces, ¿los días buenos son para sonreír desde la calle y los malos desde el balcón?
¿Sabes dónde vi (me acordé de pronto y lo confirmé) la imagen de "Marcella con su vestido a rayas"? En el
Brücke Museum de Berlín.
Me hizo gracia.
;-)
no mega...los días malos no son para nada...pero una los tiene y no queda otro remedio...pero eso sí...sonriendo siempre (la sonrisa que no falte)
en efecto, Marcella está en el Brücke Museum, pero cuando fui a verla la habían cedido para una exposición en otro país. (por suerte la había visto en el Thyssen un par de años antes)
un abrazo!!
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